Capítulo 7

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No recuerdo muchas cosas de cuando era pequeño

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No recuerdo muchas cosas de cuando era pequeño.

Hay voces y caras que aún podría recordar sin problemas a diferencia de otras que aunque los tuviera enfrente jamás pudiera reconocer.

No fue una infancia tan mala, solo, confusa.

Tanta confusión como cualquier niño de 5 años puede tener al ser dejado en una iglesia vieja llena de niños y niñas de todas las edades y algunas amables señoras cuidándote, alimentándose y enseñándote lo que ellas creen ser la mejor educación para niños de todas las circunstancias posibles.

Nunca culpé a mi madre, por dejarme ahí, lo entendí cuando ella le explicó, esa noche, que se despidió y no volvió. Es lo único claro que queda en mis recuerdos.

Nunca conocí a mi padre, mamá no hablaba de él y la verdad es que a mí tan corta edad nunca se me ocurrió preguntar.

Esa noche ella me dijo que trataría de volver pero que por el bien de mi corazón no la esperara. Ella se disculpó por no poder darme lo que yo necesitaba para vivir y que me amaba.

Las palabras luego de eso fueron confusas. Ella habló con una de las señoras y luego mirándome una vez más, se despidió con su mano y salió de la pequeña iglesia desapareciendo en la lluviosa noche.

Dormí en el mismo cuarto con muchos otros niños.

Luego de eso solo recuerdo salir de esa iglesia a los 18 con una pequeña maleta en mano y sin voltear a ver atrás.

Han pasado ya cinco años desde eso y aunque creí que nunca iba a volver a ver la iglesia estoy parqueado justo enfrente de ella.

Malia sale del auto, voltea a verme esperando a que me baje pero como ve que mi cuerpo no puede hacerlo, solo frunce el ceño y empieza a caminar hacia la iglesia.

Mis ojos miran el pequeño edificio a la par de esta, edificio donde se encuentran los cuartos donde todos los huérfanos viven.

Recuerdos de los niños corriendo por los pasillos siendo perseguidos por las cuidadoras vienen a mi mente, había muchas risas y llanto en esa época.

Niños pequeños creciendo con preguntas y más preguntas.

Niños grandes rebeldes y cansados de estar ahí.

Niños llegando y muchos más niños saliendo con sus nuevas familias adoptivas.

Algunos volvían después de unas semanas otros no regresaban jamás.

Estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que Malia había regresado.

La chica toca con sus nudillos el vidrio de mi ventana.

La bajo y ella se recuesta sobre ella mirándome seria.

—¿Estás bien?—pregunta frunciendo un poco el ceño.

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⏰ Última actualización: Oct 25, 2021 ⏰

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