En la casa sus vecinos se escuchaba un ruido terrible desde hacía tres días. La primera noche tanto Anne como Jeff, que había llegado aún más tarde de lo usual de su trabajo, lo habían dejado pasar. Fue la segunda noche, después de una larga jornada en el hospital por parte de su madre, y un día particularmente estresante en la fábrica de motores por parte de Jeff, la que los había hecho cambiar de opinión. Un par de llamadas después, había luces relucientes de una patrulla estacionándose frente a su cuadra. Harry estaba despierto.
El hecho de que el constante ruido que provenía de la otra casa no fuera un impedimento para que pudiera caer dormido, no quería decir que no fuera curioso. Las luces de la patrulla eran bastante molestas. Calculó que habían pasado unos cinco minutos antes de que el auto de policía se retirarse de ahí. Todo había seguido exactamente igual. Por las quejas que se escuchaban desde el cuarto de Anne, podía deducir que estaba tratando de convencer a Jeff sobre no fuera él a encargarse directamente del asunto, en vez de esos policías "buenos para nada", como él los había llamado.
Harry, por otra parte, estaba más curioso acerca de la razón por la que todavía seguían celebrando en la casa de Louis, ¿acaso era su cumpleaños? No lo creía, ninguna clase de cumpleaños tenía permitido durar tanto tiempo, ¿o sí? Cuando era el suyo su mamá le preparaba tarta de manzana y podía invitar a quien quisiera a comerla con él... Aunque Harry nunca había invitado a nadie a su casa. Jamás había tenido amigos que fueran lo suficientemente cercanos como para ganar ese privilegio. Tal vez podría invitar a Louis cuando el momento llegará, seguramente era la clase de chico que disfrutaba de la tarta de manzana.
(...)
Louis sentía que la cabeza le iba a reventar. Habían pasado horas desde la última vez que se había comido lo que fuera, y todavía había gente en su casa. Hubo un momento donde escuchó que alguien tocaba su puerta, y cuando el ojiazul se asomó por la ventana de la habitación, había visto las sirenas de los oficiales. Pensó que tal vez ellos calmarían las cosas y sacarían a esos extraños de su hogar.
No fue así. Unos minutos después de la inesperada llegada de los oficiales, las patrullas se habían retirado de la calle tan sigilosamente como habían llegado. Se habían largado como si nada. Malditos bastardos. No era como si Louis estuviera esperando más cosas, la verdad, era bien sabido que la policía no se involucraba demasiado en los suburbios. Demasiado trabajo para ellos.
Además del mal humor por tener el estómago vacío, sabía perfectamente que ese era el segundo día que su madre faltaba a su trabajo, lo que significaba que seguramente la despedirían, y de ahí iría todo el dinero de las comidas de la siguiente semana. No tenía que ser un genio para saber en qué clase de cosas Jay iba a gastar el dinero que había ganado hasta ese momento.
No quería salir de su cuarto porque sabía exactamente la clase de cosas que iba a presenciar si lo hacía, pero la batería de su reproductor de música estaba muriendo, y los rugidos constantes de su estómago eran una molestia que no iba a poder estar soportando por mucho más tiempo. Tomo una respiración profunda, y se armó de valor, para poder salir de su habitación en la cuál se había encerrado desde hacía dos días.
Las tablas de madera de la escalera tronaron bajo su peso, mientras las bajaba tratando de ser cauteloso. Alguien había metido unas enormes bocinas que se mantenían en la mesita de centro de la sala, de las cuales salía música algo anticuada para sus propios gustos. Cuando estaba observando quiénes eran los desconocidos a los que su madre había invitado a su casa, se topó con un rostro que reconoció al instante.
Hank Reid estaba medio recostado en el sillón de su sala, con una mano tatuada sosteniendo una cerveza y con el otro la cintura de su madre. Louis trató de no sentir odio a su progenitora, pero dada la situación, aquello le estaba costando bastante. El hombre que la tenía agarrada de la cintura era un completo idiota, y no significaba más que problemas.
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𝑶𝒗𝒆𝒓𝒅𝒐𝒔𝒆 • l.s. [HT+LB]
Fanfictionlarry omegaverse En las calles sombrías de la ciudad de Detroit, el detective Harry Styles se ve inmerso en la lucha contra un cartel de drogas implacable. Mientras investiga, se cruza con Louis, un adicto atormentado y su primer amor de la infancia...