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En ese momento me sentí, como una niña pequeña que  necesitaba a alguien que  la salvara de su primo. 

Sacudí mi cabeza intentado sacar todas las ideas locas que me estaba imaginando en ella,  sobre " la forma en la que le pagaría ese pequeño error a mi primo". Porque, es decir, el  no seria capaz de hacerme algo o de  obligarme a hacer algo que yo no quiera, o si? Es mi primo. En ese momento me reí  y me dije por supuesto que no, no seria capaz y yo tampoco me dejaría claramente.

Justo ahí escuche las bocinas de los dos carros donde venían mi hermano y mi primo. 

- ¡ESTAN TOCANDO COMO LOCOS IMBECILES!- les grite y los dos lo único que hicieron fue reírse, como es de costumbre no me prestan nada de atención cuando les digo algo.

Mis papas y mis tíos estaban saliendo cada uno con su  maleta, así que corrí a coger la  mía, le puse llave a la puerta de la casa e ir directo al carro donde, para mi mala suerte me estaba esperando Santiago, Daniel y mi tía. 

Daniel ocupo el lugar del conductor, mi tía de copiloto, y adivinen con quien tuve que  irme en  la parte de atrás del carro, al ver a mi primo, enseguida blanque los ojos, Camilo entro al carro sonriendo como si nada, y molestando con que no me fuera a dormir encima de  el(  de verdad jura que haría eso, prefiero dormir en la ventana así me quede  una marca roja del borde de ella)   simplemente,  me voltee contra la ventana para evitar verlo e ignorar que estaba ahí .  Daniel empezó a conducir,  y yo saque  mis  audífonos del  bolso, los conecte al celular y puse una play list que tengo destinada para los viajes mientras veía la carretera por la ventana y me iba quedando dormida. Un dato curioso sobre mi, siempre me quedo dormida en todos los viajes que hago, sin ninguna excepción. 

El viaje generalmente dura entre 3 y 4 horas, la cabaña de mi tío relativamente es cerca, la ultima vez que estuve tenia 7 años y recuerdo que la cabaña además de piscina, a una cuadra, tiene un lugar donde se puede ir a tomar fotos con el atardecer , como  una especie de mirador, y hay una pequeña cafetería en este mismo lugar donde íbamos  todas las tardes a comer y a ver el atardecer, son esos tipos de recuerdo que no se olvidan aunque pasen tantos años, fueron momentos que marcaron mi infancia. A excepción de la relación  con mi primo, claro, recuerdo que peleábamos por todo, hasta lo mas mínimo.  Y hasta el momento son cosas que no hemos mejorado, a pesar de tanto tiempo. 



Lo que no tenia que pasarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora