"^ ^"
Dylan O'Connor es un adolescente de 16 años que sufrió un horrible accidente automovilístico.
En un mundo plagado de muertos que sólo desean devorar todo lo que encuentren y, sobrevivientes más peligrosos que los m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
–Les deseó mucha suerte.. por lo que se las calles no son seguras a este lado de la Ciudad.. ¿no es así senos dulces?
Le preguntó un hombre nada agradable, llamado Merle Dixon a Andrea. Mientras ella estaba guardando algo en su mochila.
Me encontraba sentado en el suelo, bastante retirado del hombre. Mientras Rick se encontraba platicando con los demás al otro lado.
–Oye cariño, quítame las esposas y, vámonos por ahí.. de cualquier forma, vamos a morir.
–Prefiero eso.
Hablo Andrea terminando lo que estaba haciendo y se fue con los demás.
Me metí a la boca un bombón de fresa. En un intento para controlar mi nerviosismo.
En cualquier momento los caminantes podrían entrar, y todos todos estamos atrapados aquí. Y como si fuera poco.. el hombre llamado Merle, es un resista y vulgar.
Por poco mata a golpes al pobre T-Dog y por la fuerza bruta quería ser el "que manda".. por suerte el señor Grimes lo inmovilizó con un golpe en la cara y lo esposo a un fuerte tubo.
Por mi parte nunca fui un chico racista cuando el mundo era un lugar "normal", y no pienso serlo ahora. Me parece una estupidez, eso de las diferencias entre personas blancas y negras.
–Oye tú, niño.
Me llamó el hombre, lo que hizo que me sobresaltara un poco.
–¿Que te sucedió en la mejilla?
Preguntó refiriéndose a mi mejilla derecha, la cuál aún está algo roja por la bofetada que me dió Andrea.
–N-nada.
Respondí, restándole importancia.
–¿Nada?, ¿que no fue nada?
Volvió a preguntar Merle.. con una risa burlona. Mire hacia otro lado, con la esperanza de que si lo ignoraba, se olvidaría de mi. Pero;
–Eso parece como si una perra te hubiera dado tremenda bofetada.. bien dada, de echo.
Soltó una carcajada.
Andrea al escuchar eso, me miró y me dedico una mirada llena de odio para luego volver a la conversación del grupo.
¡PERO SI NO ES MI CULPA!
–O es que acaso, ¿tú eres la perra?
Me pregunto de repente el hombre esposado.. en un tono mucho más burlón.
No le respondí, lo mejor es ignorarlo.
–Si, eso es.. cuando te vi por primera vez supe enseguida que eras uno de esos loquitos.
Lo miré. El solo reía.
–¡JAJAJA!, pero miren lo que tenemos aquí.. un chupa penes, pensé que fueron los primeros en ser devorados por los caminantes. Digo, ya que son los más.. débiles y frágiles.
