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Dylan O'Connor es un adolescente de 16 años que sufrió un horrible accidente automovilístico.
En un mundo plagado de muertos que sólo desean devorar todo lo que encuentren y, sobrevivientes más peligrosos que los m...
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–¡Daryl la retaguardia!
Le pidió el ojimarron al hombre de la ballesta, mientras todos entrábamos cautelosos al interior del edificio.
A simple vista se veía vacío, pero sin ningún rastro de sangre, o, de suciedad.
–¿¡Hola!?
Llamo el señor Grimes, y su voz hizo eco por todo el edificio.. era un edificio enorme.
–¡Vigilen las puertas!, pueden haber caminantes.
El hijo del sheriff no se despegaba de mi lado, mientras veía hacia todos lados.. alerta.
Un gran silencio se apoderó del lugar, pero dicho silencio no duró mucho–¡Hola!
Justo frente de nosotros, un hombre de cabello marrón claro nos apuntaba con una gran pistola.. de esas que usan los militares.
Por instinto, todos los hombres adultos le apuntaron también.. si Carl hubiera tenido una pistola, de seguro también le hubiera apuntado, ya que él enseguida se puso delante de mi, y alzó su cuchillo de bolsillo.
–¿Hay algún infectado?
Nos preguntó el hombre, cauteloso mientras empezaba a bajar lentamente unas cuantas escaleras.
–No.. teníamos uno, pero.. ya no está con nosotros.
Respondió el sheriff.
Rápidamente pensé en el señor Jim y nuevamente sentí un sentimiento de tristeza en mi corazón.
–¿Porque están aquí.. qué quieren?
Nos volvió preguntar el hombre desconocido, acercándose un poco más con su pistola levantada.
–Una oportunidad.
La respuesta del señor Rick tomo por sorpresa al hombre desconocido. Quien lucia algo, extraño.
–Eso es mucho pedir en estos días.
–Lo se.
El hombre desconocido nos observó a todos, como si estuviera analizándonos.. cuando sus ojos se posaron sobre mi, esté me miró con mucho interés.. por alguna razón, vi un leve brillo en sus ojos.
–Se harán un análisis de sangre.. es el precio de la admisión.
Sentenció el hombre desconocido. Serio y decidido.
–No hay problema.
Al terminar de hablar el padre de Carl, el hombre aún desconocido bajo su pistola y nos dijo–Si tienen que entrar cosas háganlo ahora.. una vez que se cierre la puerta queda cerrada.
Sin perder tiempo agarramos nuestras cosas, y volvimos al interior del edificio.
El hombre desconocido habló con una tal Vi, ordenándole que cerrara la puerta y que cortara la electricidad de arriba.
