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El aire se escapo de sus labios en un suspiro al entrar a su oficina, quería deshacerse de algunos documentos antes de comenzar a prepararse para la comida de esa noche. Se detuvo al ver como el monton de papeles habian disminuidos, en ese momento agradecio a Suoh por amortiguar su carga de trabajo.
El suave golpe en su puerta la hizo girar, antes de ordenar la entrada del invitado.
La cabecilla de una sirvienta tímida se asomo por la puerta, buscando con la mirada a su señora, encontrándola sentada en el sillón con sus pies en la mesa baja que era usada para apoyar el té.
──Princesa, el Duque Ushijima pide una audiencia con usted ──Informo entre tartamudeo, víctima del miedo por hablar a alguien de alto estatus.
¿...Duque Ushijima?
El apellido le era familiar, sin saber si salia en la novela o era parte de recuerdos de la original princesa, por lo que se levanto arreglando su apariencia ligeramente.
──Dejalo pasar.
Con un asentimiento, la cabeza de la criada desapareció tal como entro y la puerta fue abierta por completo dejando entrar a un hombre de edad avanzada portando ropa elegante.
──El Duque saluda a su Alteza real la Princesa (N) ── saludo inclinándose en respeto.
──¿Qué lo trae a mi oficina a esta hora de la tarde, primer ministro? ──pregunto después de aceptar el saludo del hombre e invitándolo a sentarse frente a ella.
──Me gustaría ofrecerle un trato, si no es mucho mi atrevimiento ──hablo firme.
──Lo escucho.
──El rumor de que su Alteza real busca un prometido ha estado circulado desde que el Príncipe se caso con la Condesa ──comenzo atento a las reacciones de su contraria ──En la lucha por la sucesión, lo más importante son las familias nobles que la respaldaran.
──Vaya al punto Duque, debo reunirme con su Majestad para cenar ──apuro, sabiendo a donde iba.
──Quiero que convierta en Emperador a mi segundo hijo, Wakatoshi Ushijima──solto, observando como ella sonreía, esperando que lo que realmente le interesara saliera de su boca ──En cambio, el Ducado y sus lacayos al igual que nuestros ejercito, estara a su disposición.
Poder militar, ¿eh?
Teniendo en cuenta que el Ducado eran dueños de más del 40% del ejercito del imperio, era un oferta tentadora, pero la pelinegro noto como el hombre frente de ella aun deseaba decir algo más.
──¿Solo quiere qué su hijo sea el Emperador? ──indagó
──También mantener mi posición como primer ministro cuando su mandato comience.
Que hombre codicioso. Penso.
A pesar de que se había mantenido en su posición en los veinte años de la monarquía de su padre, aún deseaba su puesto en el gobierno.
En ese momento, un fragmento de la novela le vino a la cabeza, antes de ser ejecutada el emperador había sido colgado junto a otro de sus aliados.
