Donde Takemichi es tan dulce, puro y transparente como la miel y la ToMan no puede esperar para probarlo.
O donde los chicos de la ToMan quieren estar entre las piernas de Takemichi.
¡¡¡ LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, ESTOS SON CREADOS POR KEN W...
Hinata Tachibana, una chica de aspecto angelical y frágil... la misma que ahora tiene a un chico rubio acorralado contra la pared, sus manos se posan firmes en la cintura del ojiazul y su mirada le cala hasta el alma.
Recapitulemos, luego de aquella dulce escena con sus amigos, Takemichi optó por ir a visitar a la chica de sus sueños y aquella que hace su corazón latir con fuerza, sabía que sería regañado pues no era la primera vez que llegaba con golpes a verla. En cuanto Tachibana salió, Takemichi le sonrió con dulzura e intentó poner los ojos más inocentes del mundo.
- H-hola, Hina. -Murmuró rascando su nuca, estaba nervioso pues la mirada de la chica no le decía nada bueno.
- ¿Otra vez te peleaste, Takemichi? Debes tener más cuidado, en serio.
- Algo así... fue por una buena causa, lo juro.
Hinata le miró con una sonrisa, estaba orgullosa de aquel ojiazul aunque este fuera un imbécil sin autoconservación. Suspiró y acortó la distancia para acariciar el magullado rostro de Hanagaki, el rubio cerró los ojos y se dejó hacer por la de menor estatura, Hinata posó su otra mano en la cadera de Takemichi y lo hizo caminar lentamente hasta que la espalda le tocó la pared. Sólo ahí abrió sus ojos, Tachibana sentía que estaba viendo el mar reflejando las estrellas en aquellos brillantes ojos.
- Me gustaría ser un chico fuerte para protegerte, Take... pero como no lo soy, voy a ser la chica más fuerte para cuidarte de todo.
- Y yo voy a protegerte a ti, Hina.
Tachibana dejó que la mano que se encontraba en la cara del más alto descendiera lentamente por su pecho, juró que pudo sentir uno de los pezones del chico en su recorrido y el sonrojo de Hanagaki sólo se lo confirmó, sus manos sujetaron con fuerza su estrecha cintura, Takemichi soltó un jadeo ahogado debido a la sorpresa y Hinata sonrió, en su mente no sólo quería ser un chico para proteger a Takemichi, también quería dominarlo y tener su inocente rostro apoyado entre las almohadas mientras se lo c-
- Hermana, deja en paz a Takemichi. -Murmuró un serio Naoto observando con el ceño fruncido a la chica, que a ambos les gustase el rubio no le hacía ni un poco de gracia, menos cuando lo veía tan sumiso entre los brazos de la Tachibana mayor.
Hinata sonrió y dio un apretón a la cintura ajena, dejó un beso en el mentón de Hanagaki y murmuró un "adiós, salgamos mañana después de clases" antes de entrar a su casa, Naoto se despidió de él con un movimiento de cabeza y también se fue dejándole ahí apoyado en la pared con las piernas temblando, Hinata era demasiado para él.
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Las clases eran algo que a Hanagaki no se le daba del todo bien, creía fielmente que no necesitaba un título para demostrar su inteligencia y es que aunque no muchos se lo creían, Takemichi era demasiado curioso y aquello le llevaba a investigar sobre todo. Podría saber perfectamente cómo contestar correctamente un examen pero le daba igual, él no iba a cooperar con el sistema nefasto de la educación, no necesitaba contribuir con aquella falsa meritocracia. Se encontraba jugando con uno de sus lápices, el encuentro con Hinata removió algo dentro de sí mismo y si era sincero, por su mente rondaban dos rubios peleadores y escandalosos.