Extra

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[...]

La feliz pareja de esposos se encontraban en su carro de camino a un orfanato que estaba dispuesto a ayudarlos, el azabache quien conducía con precaución tomaba y besaba de vez en cuando la mano de su pareja mientras le repetía que debía relajarse y que las cosas saldrían bien ese día.

Sin embargo el Uzumaki se encontraba más que inquieto por aquella visita que harían, siempre con las mismas preguntas atormentandolo desde semanas atrás.

¿Y si no les agradamos a los niños? ¿Qué ocurre si nadie quiere estar con nosotros? ¿Seremos malos padres? ¿Cómo sabré si lo hago bien?

Eran solo pocas preguntas que se repetía a sí mismo el blondo.

- Llegamos Naruto - Su corazón comenzó a latir rápidamente mientras los nervios se apoderaban de la misma manera de él haciéndolo temblar nuevamente.

Aunque cuando ingresó a aquel lugar sus nervios se disiparon por breves momentos, ya que había una pequeña puerta de cristal que dejaba ver a un gran patio donde pequeños de distintas edades jugaban sin preocupación.

Se detuvo un momento a mirarlos a todos sin que lograran captar su presencia.

Aunque su vista se dirigió hacia arriba, donde en una de las habitaciones un pequeño de cabellos cafés con algo de rubio miraba desanimado a los demás abajo.

De un momento a otro conectó la mirada con el infante quedándose así por un minuto, hasta que el pequeño avergonzado se cubrió el rostro con sus manitas saliendo de la vista del blondo.

Mentiría si dijera que el pequeño no había llamado su atención, así que con una pequeña sonrisa siguió su camino hacia la oficina de la encargada del lugar.

- ¿Viste a los niños? - Le preguntó un tanto nervioso a su esposo quien se dedicó a asentir y darle un corto beso en su cabello.

- Se ven muy hiperactivos - Tomó su mano y al poco tiempo una mujer de avanzada edad los recibía con una sonrisa en su despacho dejando que se sentaran en las sillas frente a su escritorio.

- Deben ser los jóvenes que pidieron la visita, disculpen que no hayamos logrado aceptarlos a tiempo, pero con tantos trámites y asuntos con el gobierno se nos hace difícil - Dijo avergonzada la canosa quien sacó dos grandes carpetas con información de lo que ellos suponían sería de los niños.

- No se preocupe, al contrario, mi pareja y yo estamos agradecidos que nos otorgara adoptar a algún niño - Habló el Uchiha quien seguía sin soltar la mano de su esposo.

- E-Es verdad, lo agradecemos demasiado Ana-San -

Un par de palabras de bienvenida y ciertas condiciones después por parte de ambos lados prosiguieron a revisar la lista de los pequeños que tenían mente muy abierta y que no se oponían a la idea de tener dos "papás/mamás".

El rubio pasaba las hojas esperanzado en encontrar al menor que se asomó por la ventana pero no lo encontraba, sus ánimos cayeron ligeramente y eso Sasuke no pasó desapercibido.

La esperanza de creer que aquel niño los aceptaría estaba a nada de terminarse cuando la mujer detuvo exactamente el último informe de un infante.

- ¿Quién es él? No recuerdo haberlo visto fuera - Preguntó con curiosidad el azabache, más que nada preguntó ya que cuando volteó a mirar a Naruto los ojos del nombrado brillaron tenuemente.

- Oh, Kawaki-Kun, realmente le cuesta poder llevarse con las parejas que buscan adoptarlo y no es un niño muy social que digamos - Suspiró con algo de tristeza mientras Naruto observaba fijamente la ficha e informe del niño.

Cómo ser Pareja de un Dobe/TemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora