Tres- Sí tan solo yo...

185 14 3
                                    

"¿Te has enamorado alguna vez? ¿No es horrible? Te hace tan vulnerable. Abre tu pecho y abre tu corazón y significa que alguien puede entrar en ti y deshacerte."
-Neil Gaiman.

.
.
.
.
.


--Hablas de tener una cita --El chico asintió --¿Justo ahora? --Él volvió a asentir.


Akko miro sorprendida este hecho, normalmente, ella tomaba la iniciativa al momento de proponer una cita, pero ahora el joven estaba aquí, frente a ella en el puente que dirige a la Ley Line, proponiendo esto. Sería honesta, estaba algo molesta ya que insistió en que era una emergencia, pero al mismo tiempo estaba feliz de que por fin fuera él quien la invitara. Aunque...

--¿Que pasa? --Pregunta Bastian al ver a Akko dudar sobre su propuesta --No es un problema, ¿o sí?

Akko se sobresalta ante la insinuación del más alto, levantando ambas manos al aire mientras las mueve de un lado a otro y niega con la cabeza.

--No, no... No es ningún problema, es solo que...

--¿Sí?

--Bueno, tengo algunos deberes pendientes, y he estado mejorando en mis notas --Ella explica con la esperanza de que se posponga para otro día, ya que, no tiene la energía para salir en este momento.

--¿Y...?

--Ya sabes, no me gustaría parar por-

--Por salir conmigo --Cuestiona, interrumpiendo a la castaña.

Akko levanto la cabeza algo asustada por la opción errónea que Batian se había ideado.

--¡No! ¡Sabes que no! --Con los nervios a flor de piel, la chica intenta remendar su error.

La postura de Akko titubea cuando se atreve a mirar el rostro de Bastian, la sonrisa de hace apenas unos minutos se ha esfumado por completo y, en cambio, un gesto serio la remplazo, su aura mostrándose hostil. 

--Ademas de eso, ¿me mientes? --El rubio comienza a dar pasos calculados, llevando a Akko hasta el borde del puente, ella ha tenido la experiencia de caer al agua, y estaba segura de no quererla repetir.

--N-No, yo...

El estruendoso sonido que hacen las palmas de Bastian al chocar contra el cemento la estremece, Akko coloca sus propias manos en el borde del puente para brindarse soporte, su expresión la obliga a cerrar la boca con miedo a decir algo que lo enfurezca más.

--Tu y yo, Atsuko Kagari --Comienza Bastian --En una cita, ahora.

El poder en sus palabras es mucho, Akko se niega a pasar un mal rato solo por haberse negado a una simple petición como lo era esa, así que se limita a asentir, y de pronto toda maldad en el rostro del rubio desaparece para dar lugar a una alegre sonrisa. Él se endereza y toma la mano de Akko para adentrarla en la ciudad, describiéndole cada una de las cosa que harán durante su salida, repitiendo una y otra vez que se divertirán mucho.

Pero a pesar de su entusiasmo y sus risas de euforia, el temblor en las manos de Akko no desaparece, y cada que un fuerte sonido se produce a sus espaldas, ella se sobresalta, pero esto no parece importarle al rubio, pues continua hablando de como estuvo su día en la academia Appleton.

Mientras tanto, Diana recupera la conciencia, aun estando en su cómoda cama, con lentitud dejo el suave colchón para dirigirse a su baño privado, un fuerte dolor de cabeza incomodándola en su andar, estando ahí observa su reflejo en el espejo que está colocado sobre el lavamanos, sus ojos están rojos por haber llorado horas antes. Dándole poca importancia abrió el grifo, tomando agua entre sus manos y enjuagando su rostro con la misma.

Nuevamente se dirigió a su reflejo, unas palabras dichas por su enamorada rondando por su cabeza.

"Él es un buen chico, Diana".

El tono en la voz de Akko relucía la felicidad que sentía al hablar de él, cientos de ideas se alojaron en su cabeza, preguntándose qué habría pasado si hubiera hecho una serie de cosas de forma distinta, ¿qué habría pasado si no hubiera lanzado ese moruwa al dudar de la castaña? ¿Qué hubiera pasado si se hubiera presentado de forma más amable? Qué hubiera pasado sí...

Ahora todo era entorno a esa frase...

--¿Qué hubiera pasado sí fueras un chico? --Le pregunto con amargura a su reflejo.

Si fuera hombre, utilizara trajes costosos, actuara como un varón lo haría, ¿le agradaría más a Akko en un ámbito romántico?

Con un sencillo movimiento logro arrebatar la varita de su cinturón azul, recitando un hechizo por lo bajo, transformando la misma en unas tijeras.

--Sí tan solo yo... --Un mechón fue cortado, lagrimas calientes abriéndose paso por sus mejillas --¿Le agradaría a Akko? --Otro mechón más, otro y otro...

La melena que alguna vez llego hasta su cintura ahora estaba limitada a extenderse por sobre su hombro, Diana miro su desastre y se lamento tanto por dejarse llevar por sus emociones, ¿Por qué Akko tiene ese poder sobre ella? ¿Eso siquiera era justo? Dejo caer su varita y salio del baño con prisa, no queriendo verse más en el espejo, su respiración era agitada y sus sentidos se veían nublados.

Con furia arrojo todo lo que estaba sobre su escritorio al piso, empujo la silla que estaba ahí con fuerza, haciéndola caer de lado, luego siguió con el librero que estaba frente a su cama, pasando su mano derecha por los estantes haciendo que cada uno de los libros terminara en el suelo. Al finalizar sus acciones, y sin más fuerzas se dejo caer al piso, abrazándose a sí misma mientras intentaba ahogar los fuertes sollozos que se abrían paso desde su garganta.

La puerta de la habitación fue abierta y unos pasos apresurados se acercaban a ella, quien fuera se había alertado por los fuertes sonidos provenientes desde el interior de la habitación, pronto pudo ver dos pares de zapatos a su derecha.

--¿Diana? --Logro escuchar a Barbara decir.

Ella no levanto la cabeza para mirar a sus amigas, no en ese estado, era demasiado vergonzoso y odiaba mostrarse vulnerable. Sintió a ambas chicas envolverla en un abrazo grupal, y sin poder evitarlo, sus ojos se llenaron aun más de lagrimas, sin saber como reaccionar ante el apoyo que las chicas le estaban demostrando en ese preciso momento se acurruco más en sus brazos.

--Tranquila, Diana --Hannah es la segunda en hablar, Diana las escucha con atención --Estamos aquí, contigo...

Después de unos cuantos minutos que parecieron horas para la rubia, las chicas se levantaron del piso, ninguna de sus dos compañeras hizo alguna pregunta sobre su cabello, y Diana agradeció esto en silencio.

--Ve al baño y date una ducha tibia, necesitas relajarte --Su amiga de pelo negro le extiende su bata de baño.

--Barbara tiene razón, Diana --Hannah, como siempre, apoya a Parker --Ademas, en un rato saldremos.

La heredera levanta la cabeza mientra alza una de sus cejas para expresar la confusión que siente en ese momento, sus compañeras se limitan a darle miradas nerviosas, pero el que ninguna palabra salga de sus bocas le hace entender que no dirán nada más al respecto, aceptaría darse una ducha y salir de la academia, pero...

Diana abre la boca para decir algo, a pesar de esto, nada logra salir ya que es interrumpida por Hannah.

--La directora nos dio un permiso especial para ausentarnos hasta mañana a medio día.

--Oh... --Es lo único que dice la rubia antes de salir de la habitación para ducharse.

¿Cómo sabía que preguntaría eso en primer lugar?

...

Tanto Bastian como Akko observan al sol ocultarse desde una banca que encontraron cerca de los puestos de comida chatarra, una alarma que le advierte a Akko sobre llegar tarde a la academia, pero a pesar de eso, no tiene el corazón para interrumpir el bonito momento que ella y su pareja estaban pasando, así que mantuvo su cabeza en el hombro del chico, cerrando momentáneamente los ojos.

Aunque quería seguir disfrutando del momento color rosa, su cabeza la alarmo una vez más, indispuesta a recibir un castigo por la falta de puntualidad, una sonrisa surco su rostro al pensar en los buenos hábitos que Diana le pego con su simple presencia. 

Con toda la pena del mundo, dejo la comodidad para levantarse de la banca, un confundido Bastian mirándola desde abajo, Akko le dirigio una sonrisa apenada, rascando su nuca con la mano derecha.

--Fue bueno pasar tiempo contigo, Basti --Al llamarlo por un apodo cariñoso, el chico no puede evitar sonreír de vuelta --Pero no puedo quedarme más tiempo, la academia se muestra muy estricta en cuanto a la puntualidad...

"Ella disfruto la cita", piensa el rubio triunfante, en verdad estaba haciendo las cosa bien, pero analizando sus palabras con detenimiento, ella dijo que iba a irse, lo iba a dejar cuando el día que planeo aun no acaba.

Con un salto brusco, Bastian ya se encontraba de pie, ante el repentino movimiento Akko retrocedió un paso, sus sentidos algo alertados por lo que había pasado hace horas, Bastian estaba decepcionado, y su expresión lo decía con toda claridad, con nerviosismo el joven comenzó a hablar.

--N-No puedes irte, no todavía --En un intento frustrado, utiliza cada una de sus excusas para tener el afecto de la castaña devuelta --Aun tengo planeado que ambos vayamos a la mansión Richard, para pasar el rato --Se acerca con cautela, abrazando la cintura de la castaña con algo de agresividad --Por favor... --Suplica él.

Akko suspira para tomar valor antes de hablar.

--Dije que no, Bastian --Ella coloca ambas manos en el pecho del mencionado, alejándolo un poco --Luna Nova me tiene en la mira, un paso en falso y me echaran, sabes que no quiero eso...

Si él en verdad la quería, entonces debía entender lo que le decía y aceptar que poner en riesgo su estancia en Luna Nova era como poner en riesgo su sueño. Las palabras de Akko no le agradan para nada, él quiere pasar tiempo con ella, con su novia, tenia todo el derecho del mundo en hacer lo que quisiera con la castaña. 

Una idea aparece en su cabeza en un abrir y cerrar de ojos, alejándose de la más baja con dos pasos hacia atrás.

--No será porque quieres verla, ¿o sí?

Akko se sobresalta ante sus palabras llenas de asidez, el miedo se extiende en todo su cuerpo cuando recuerda las terribles ocasiones en las que mencionó su nombre.

--¿Qué? N-No, claro que no --Akko responde rápidamente, su cuerpo comienza a temblar de nuevo.

--¡Eres una-! --Él alza su mano al aire con claras intenciones, Akko cerrando sus ojos con fuerza, pero al final nada sucede.

Atsuko abre sus ojos con lentitud, preguntándose por qué no recibió el golpe que había esperado con resignación.

--Yo... Lo siento, Akko, tengo que irme ya...

--Pero...

Bastian no la deja terminar su oración, pues ya se encuentra caminando con prisa a una dirección opuesta, analizando la situación con decepción y tristeza, la adolescente japonesa no llega a ninguna solución.

Parece que el día de hoy tendrá que caminar sola a la Ley Line... 


Si caes, te levantaré...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora