litcko ; juntos

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Mi cabeza solo pensaba en lo molesta que era la gente, en lo molesto que eran los autos, en lo molesto que era mí novio, quien no paraba de hablar

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Mi cabeza solo pensaba en lo molesta que era la gente, en lo molesto que eran los autos, en lo molesto que era mí novio, quien no paraba de hablar. Aunque al percatarme de esto último, comencé a sentirme triste.

Yo no quería que él me moleste. Sabía perfectamente que se había dado cuenta de lo que me ocurría, y eso hacía que me sienta mejor. Sin duda, él merecía algo mejor que yo.

Le solté la mano y las guardé en los bolsillos de mi campera rápidamente.

-Amor..

Seguí caminando como si no hubiese pasado nada. Sinceramente, no tenía ganas de hablar. El cuerpo me pesaba, tampoco quería caminar.

-Mau, amor -trotó un poco para alcanzarme-. ¿No querés ir? Volvemos a casa si es eso, no tengo problema. Le cancelo a los chicos y otro día vamos al supermercado -negué-. En serio, a mí no me jode, a los chicos tam..

-No es eso -respondí un poco seco-.

-¿Qué pasa, bebé? No pasa nada si no querés hablarlo, solo decime qué hacer, ¿En qué te ayudo?

Comencé a llorar. No sabía qué hacer, nunca lo sabía. Ignacio siempre intentaba ayudarme y yo nunca sabía qué decirle. Esa duda, el no saber, me ponía más nervioso de lo que ya estaba.

-Ay chiquito, vení, sentémonos un rato -me abrazó por los hombros y nos guió hasta un banquito-. Respirá -me indicó, comenzando él a hacerlo más fuerte-. Recordemos la técnica. A ver, cinco cosas que podamos describir -señalé mis zapatillas-. Bien, dale..

-Bueno, son largas -reí nervioso-. Son de color blanco y bajitas.

-Muy bien, otro más.

-Ehh -miré a mi alrededor-. Tu campera -asintió-. Es verde oscuro..

-Sí.

-Es larga..

-Sí.

-Ay, no puedo -las lágrimas salieron otra vez-.

Era algo tan simple y yo no podía lograrlo.

-Está bien, amor -acarició mi espalda-.

-Soy un inútil.

-No chiqui, no sos un inútil -dejó un beso en mi cabeza-. Que estés mal no quiere decir que lo seas, vos podés con todo, date tu tiempo.

Asentí con la cabeza sin saber qué decir. Siempre era lo mismo, y empezaba a cansarme ser un problema.

-Valen -atendió su teléfono-. Disculpen chicos pero no vamos a poder ir. Otro día nos juntamos.

Escuché que nuestro amigo preguntó el porqué, a lo que miré a mi novio asustado.

-No es que con Mau vamos a ayudar a mi mamá en unas cosas. Mi papá no está y no queremos que haga todo sola -suspiré aliviado-. Gracias y perdón. Chau.

-Gracias -susurré dejando caer mi cabeza en su hombro-.

-No es nada, entiendo que no quieras decirlo, está bien.

-No solo por eso. Gracias por no irte, por aguantar.

-No te voy a dejar solo, ni en ésta ni en ninguna -me abrazó finalmente-.

Años y seguía sorprendiéndome la magia de ese chico, los efectos que causa en mí.

Con Matias nos conocimos en la secundaria, en cuarto año para ser exactos. Yo era el típico callado del salón y él todo lo contrario, vivía rodeado de pibas y chicos escandalosos y molestos.

Podría decirse que éramos polos opuestos. Y de hecho, hasta ese 5 de julio, yo no sabía de su existencia. Simplemente no prestaba atención a las personas sentadas a mi lado, no fantaseaba con el típico chico popular, imbécil y lindo. Ni fantaseaba con la chica mala, linda y estúpida. Yo asistía a ese lugar simplemente porque era mi obligación, no había más.

-Hola -escuché entre el silencio del salón-.

Evidentemente, yo seguí en lo mío. Todos estaban acostumbrados a respetar mi soledad.

-Ey, te estoy hablando, hola -apoyó sus manos en mi banco, sin sacar ese tono amable-.

-¿Hola? -saludé confundido-.

-Soy Mati y parece que somos los únicos en el salón -se presentó junto con una risa-.

-Yo soy..

-Mauro, lo sé.

-¿Okey?

Seguí mirando mi celular hasta que este chico volvió a hablar.

-¿No te gusta hablar mucho? -preguntó-.

-No soy amigo de ninguno, ninguno es amigo mío. Tampoco veo la necesidad, así que -respondí luego de pensarlo un tiempo. Nadie lo había hablado, simplemente ellos lo entendían y ya-.

-Ahh -miró hacia el frente-. Hace un tiempo te miro y no sé, parces buena onda -se encogió de hombros-.

-¿Gracias? Supongo.

Luego de ese suceso, medio raro para mí, Matias hacía todos sus intentos para al menos saludarme todos los días, y eso me parecía tierno.

Aunque claro, fue todo bastante complicado cuando mis inseguridades entraron en el juego. No podía no pensar que Spalatti lo hacía para conseguir algún beneficio. Y es por eso que, cuando más me alejaba, él más se acercaba.

-No me respondiste más. Te mandé memes de gatitos, los que te gustan.

-Ah, ni idea. No vi la notificación, estuve ocupado.

-¿Ocupado ignorándome? -cuestionó-. Mau, yo entiendo que podes querer estar solo, o no querer hablarme, pero decime por favor. Ayer pensé en ir a tu casa porque bueno, estaba muy preocupado, pero tampoco quiero invadirte. Decime si te molesto, o si te incomodo, o si algo, yo te voy a entender y me alejo, pero decimelo.

-No, Mati -suspiré un poco cansado-.

¿Cómo se lo explico si ni yo sé qué me pasa?

-Me hace bien estar y hablar con vos, posta, pero no puedo evitar querer distanciarme. Siempre las personas me dejaban solo, se iban sin explicación alguna y yo me mato la cabeza pensando en qué hice mal, no quiero que eso pase con vos -jugué con mis dedos, estaba muy nervioso y podía asegurar que podría haberme expresado mejor-. Ay no, qué incómodo, perdón -intenté levantarme pero me frenó-.

-Mau, siento mucho que aquellas personas no hayan sabido valorarte, pero dejame demostrarte que no va a ser así siempre. Voy a ser sincero, me gustas, y me he dado cuenta de que no estás bien y eso me preocupa -me abrazó y yo apoyé mi cabeza en su hombro, queriendo llorar-. Estoy acá para vos, podés decirme todo.

Desde ahí nos afianzamos más. Matías se interesaba en mis cosas, y hasta me acompañaba a las sesiones con la psicóloga. Podía confiar en sus palabras, porque se encargaba de demostrar que eran ciertas.

Algunos meses después, comenzamos una relación y sinceramente fue la mejor decisión de mi vida. Me hacía muy feliz tenerlo a mi lado.

-¿Querés que veamos una peli? -preguntó cuando ambos nos encontrábamos acostados-.

-¡Sí! -respondí emocionado-. Veamos Juego de Gemelas.

Matias soltó una risita. La veíamos casi siempre, ya que era mi favorita.

-Juego de Gemelas será -afirmó, dejando un beso en mi cabeza-.






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feliz cumple tevacunolavidabb te amo, gracias por todo mi vida😭💗

One Shots (t)raperosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora