━𝗘𝗥𝗘𝗡 𝗝𝗔𝗘𝗚𝗘𝗥 ፧ ❝𝗬𝗢𝗨𝗥 𝗕𝗢𝗬𝗙𝗥𝗜𝗘𝗡𝗗❞.

―𝑩𝒍𝒖𝒆 𝑺𝒌𝒚.

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El cielo le recordaría tu rostro.
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Eren paseaba por las calles de la ciudad, en compañía de la única mujer a quien amaba románticamente. Parecía un niño pequeño y mimado, mientras sonreía sin parar, con sus pómulos teñidos de carmín por algún que otro halago de su pareja, mientras sostenía fuertemente la cintura de la femenina.

Él sabía como ella podía hacerlo feliz con tan sólo una palabra, inclusive con el propio silencio podía sentir comodidad y felicidad. Ya que con tan sólo su presencia le hacía sentir aquellas "mariposas" en el estómago, esas sensaciones que únicamente provocaba ella.

—Estás muy hermosa hoy.—Dijo el ojiverde al clavar la vista en su rostro.

—Oh vamos Eren, sólo lo dices por decir.—Respondía apenada.

—Eso no es cierto, lo digo porque lo siento. Eres una niña muy hermosa, mi pequeña—.

Se aproximó lentamente hasta chocar sus labios en su mejilla, quien ya estaba tintada por el nerviosismo de su encanto. Él sabía lo que podía provocar en su novia, así como ella provocaba sensaciones en él.

Se podría decir que uno de los hobbies de Eren, es poder caminar por las calles junto a su amada. Sintiendo su calor, su piel y sus labios a la vez. No podría especificar exactamente lo que le hace sentir cada vez que la observa, es simplemente como ver a la octava maravilla del mundo, o el mayor deseo de su vida que ha sido cumplido por un encanto.

—Preciosa, mira el cielo.—Pedía al llevar su mirada directo a ello.—¿Qué es lo que te provoca al verlo?

—Ouh... Tal vez, ¿tranquilidad? No lo sé con exactitud, pero sé que puedo quedar maravillada con tan sólo verlo.—Pronunciabas con esfuerzo al encontrar las palabras correctas para definirlo.

—Eso mismo y más es lo que siento por ti. Cuando veo el cielo, es como verte a ti en mi vida—.

Eren respondía repentinamente, provocando que tu mirada buscara directamente su rostro. Su cabello largo danzaba por las brisas que permanecían en el lugar, ambos ojos tenían un brillo distinto mientras sentías como el tiempo se detenía.

Tu alrededor dejó de importar, tu atención era únicamente por él y para él.

—Desde que te conocí, has llevado serenidad a mi vida, una paz inimaginable junto con dulzura y pizca de locura.—Proseguía con seguridad.—Ver el cielo es como ver tu rostro, aquello que es bello y a la vez perfecto. No sé cómo describir lo que siento por ti, pero estoy seguro que tú me haces feliz—.

Las comisuras de sus labios se elevaban, provocando que sus pequeños ojos formaran una expresión de alegría. Su rostro pasó a uno más relajado, mientras te mantenía aún cerca de su cuerpo.

—Te amo, mi cielo—.

El fracaso es parte de la vida, si no fracasas no aprendes y si no aprendes no cambias.

—Eren Jeager.