Capitulo II: ¿Dónde?

18 3 12
                                    

Tienes que morir unas cuantas veces para poder vivir de verdad 

Charles Bukowski

 
28 de diciembre de 2018

Clarisse…

Llevaba desaparecida 3 meses, por lo que han sido 3 meses de búsqueda incesante. Mi padre había tocado a mi puerta con semblante de preocupación y aspecto de no haber dormido en años preguntándome por ella, lo cierto es que la había visto por última vez una semana antes que desapareciera, justo el día de su cumpleaños, no habrían encontrado nada que indicara que fue lo que le sucedió hasta hoy en la tarde que me dirigía a la cafetería Royal, la misma en donde Clarisse y yo pasábamos la mayoría del tiempo. Entonces un hombre se acercó a mí, dándome el móvil de Clarisse, no había nada en él, solo fotos de viajes; no había registros de llamada ni nada por el estilo, solo una conversación...

“Número desconocido”: ¿Cuándo será el momento de iniciar la farsa? 

Clarisse: hay que tener paciencia, pronto empezará…

Cuando hablé con mi padre sobre el mensaje no llegamos a ninguna conclusión después de horas y horas de sopesar lo que se encontraba en el móvil de mi amiga. Frustrada me senté en el sillón de cuero negro que esta al fondo del salón y decidí llamar a alguien que sabía podría ayudarme; contesto al tercer pitido.

- Necesito que me ayudes a investigar quien secuestro a Clarisse

- ¿Aún sigues creyendo que fue secuestrada Leila? No creí que fueras tan ingenua.

Casi pude ver como sus ojos brillaban de diversión al otro lado de la línea.

- Vamos Dargan ¿podrías ayudarme por una vez?

- Y dime pequeña, ¿qué ganaría yo ayudándote a ti?

- Te lo diré cuando estés aquí.

Colgué la llamada antes de que pudiera responder, no me gustaba pedir ayuda a alguien como Dargan, pero no tenía opción, sabía que él, aunque era una persona despiadada me ayudaría si eso le aseguraba diversión.

Dargan llego media hora después a mi casa, tuve que contenerme al verlo de pie alli con el cabello negro revuelto como si una ráfaga de viento lo hubiera atacado y esa chaqueta de cuero negra que siempre usaba, tenía tanto tiempo sin saber de él que olvide por completo la reacción que tenía mi cuerpo al verlo, pero cuando sus ojos grises brillaron con diversión y sus labios reflejaron una sonrisa sádica supe que lo había notado.

- ¿Me saludaras o te quedaras allí viéndome como si quieras abalanzarte sobre mí? 

- Eres un idio…

Pero no termine de hablar cuando Dargan me tomo por los hombros y en un movimiento rápido tenía mi cara contra la pared y mi espalda contra él, podía sentir su respiración en mi oído.

- ¿Ahora empezamos con los insultos?

- Suéltame ya Dargan, te llame porque sabía que te interesaban estas cosas.

- ¿Crees que me parece divertido buscar a tu amiguita? Tengo cosas más importantes que hacer que ayudar a una niñata como tú a encontrar a su pobre amiga indefensa.

-Bien. Si me ayudas. Yo te ayudaré con tu juego.

- No ofrezcas lo que no puedes cumplir tesoro, lo que necesito que hagas no lo soportarías.

- ¿Qu…qué es lo que quieres?

- Quiero que quites un estorbo de mi camino –respondió con voz grave que casi hizo que saliera corriendo- Quiero que lo mates.

Dargan me soltó por fin y solté el aire que no sabía que estaba reteniendo, sabía perfectamente a que se refería Dargan cuando me pedía ese tipo de cosas, la cosa aquí es que la última vez tuve irme de la ciudad gracias a un pequeño resbalón que tuvimos.

- ¿Fuiste tu no es así? Tu asesinaste a esa mujer, quien más podría ser...

- Te asombrarias preciosa pero esta vez no fui yo, verás... He recibido múltiples amenazas los últimos meses, parece ser querida que desde esa noche en Los Ángeles tenemos un problema, uno muy molesto -dice con gesto de desdén y sé de inmediato que sea lo que sea nos llevara muchos problemas-.

Quise responder, dar una solución pero las palabras se habían atorado en mi garganta, así que asentí y le dí paso para que se sentará en el sillón de cuero que estaba al fondo de la sala de estar.

Dargan suspiro y me dedico una sonrisa torcida.

- Dime preciosa... ¿Me extrañaste? -pregunto con fingido pesar-.

- Extraño más como arriesgabas el pellejo por mi.

El soltó una risa ronca, me miró y dijo...

- Te amaré hasta la muerte pequeña. ¿Lo recuerdas?

Y en ese momento no pude contenerme más, lo cierto era que si lo había extrañado, más de lo que quería admitir, así que sin avisar me abalanze sobre el y me sente a horcajadas en su regazo, mientras reclamaba sus labios en un beso oscuro y placentero que sabía a un profundo "te extraño".

- No sabes lo mucho que extrañaba besarte -murmuró en un suspiro ronco y ansioso-.

Pero no me dio tiempo a responder cuando pude sentir sus labios sobre los míos de nuevo, sus manos grandes y hábiles se posaron en mis nalgas mientras las apretujaba a su antojo. No podía pensar sólo sentir esto que tanto extrañaba y anhelaba porque lo cierto era que desde que Dargan había desaparecido nadie había logrado hacerme sentir como él lo hacía. Hacía rato que Dargan había pasado de mis labios para chupar y apretar mis senos con sus manos y justo cuando creí que iba a tener una buena noche el timbre sonó.

- ¡Vaya! ¡Y yo que me llegue a sentir especial pensando en que solo me esperabas a mi esta noche!

- Cállate... Realmente no esperaba a nadie más.

Sin decir nada más, me encamine hacia la puerta pero al abrir no había nadie fuera solo una caja roja con un moño negro bastante elegante, no tenía tarjeta ni nada que me dijera a quien iba dirigida, así que decidí entrar con la caja en mis manos y me senté a un lado del chico de ojos grises que aguardaba en el sillón con cara de curiosidad.

- ¿Vas a abrirla o no?

- No tiene tarjeta, quizás no es para mí - digo aunque no estoy del todo convencida algo en mi cabeza me pide a gritos que vea lo que hay dentro-.

- Vamos abrela, la curiosidad nos terminará matando a ambos.

En el momento en que la abrí deseé no haberlo hecho, se trataba del dije que compartía con mi amiga Clarisse estaba empapado de sangre junto a una nota también bañada en sangre (apenas podía entender lo que decía).

"No esperaba que siguieran siendo tortolos enamorados, ¿aún estarían dispuesto a todo por el otro?".

Justo debajo de la nota había una foto de ambos de hace unos segundos cuando aún estaba sentada sobre el. Besándonos.

Prometemelo [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora