Capitulo I: ¿qué sucede?

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No existe oscuridad suficiente para apagar la luz de una pequeña vela.

Robert Alden.

Han pasado 5 años desde mi secuestro. Realmente no sucedió gran cosa, ese hombre extraño y yo habíamos ideado un plan para escapar y para cuando lo hicimos ya mi padre –que es jefe de policía- estaba allí para llevar a prisión a los que habían hecho eso, resulta que la mujer tenía una extraña conexión con mi padre de la que aún estoy indagando y luego de escapar del lugar el hombre rubio desapareció por completo, honestamente no sabía ni su nombre. Estaba intentando superar las marcas de tortura que tenía sobre mi espalda, pero nada más, los días se habían hecho monótonos y sin emoción alguna.

En ese momento estaba con Clarisse, mi mejor amiga de hace 2 años, me había convencido para acompañarla a una exhibición de no sé qué cosa... honestamente solo estaba aquí porque le debía el favor.

- Iré a por una bebida, ¿necesitas algo?

- No, estoy bien, no te preocupes.

Clarisse se fue por el pasillo a mi derecha, llamando la atención de cualquier persona que estuviera en el camino ¿Por qué todo el mundo tenía una obsesión con las pelirrojas? Reí por que Clarisse se había detenido a coquetear con un tipo que le había hecho un cumplido y ella no paraba de sonreír y giñarme el ojo, aunque mi sonrisa se borró por completo cuando alguien se chocó conmigo y casi me caigo de culo al suelo.

- ¿Podrías tener un poco de cuidado? -Pregunté exasperada y subí la miraba para ubicar a quien había tenido la valentía de tropezarse de esa manera conmigo, aunque lo que vi me dejo atónita-.

Se trataba de un tipo increíblemente atractivo, ¡qué digo atractivo parecía un dios del olimpo por dios!

- Discúlpame, iba con el móvil y no te vi.

Dijo el con una sonrisa torcida que cualquiera podría malinterpretar honestamente.

- Disculpa, pero... ¿te conozco de algo?

Dudó un segundo antes de responder viendo a todos lados como si buscara a alguien.

- No lo creo.

Fue lo que dijo antes de pasar por mi lado como si estuviera huyendo, pero esa voz... Estaba segura que la había escuchado en algún lado.

- ¿Has visto lo descortés que son los camareros? ¡por dios! ¿Qué les costaba traerme un vaso con agua?

Dijo Clarissa sacándome de mi nube de estupefacción.

- Aja si... los camareros. -Dije perdida-.

- ¿Estas bien Leila? Estas pálida.

Asentí y le dije que ya era hora de irnos. Al salir del lugar nos dirigimos a una cafetería que estaba bastante cerca de mi casa y estábamos comiéndonos una hamburguesa mientras Clarisse me contaba lo insoportable que era su jefa.

- ¡Puedes creerlo! Nunca le he hecho nada a esa mujer como para que...

Dejé de escuchar cuando vi a un tipo vestido con capucha que iba completamente de negro, llevaba una bolsa negra en el hombro, pero lo que me sorprendió no fue eso si no que de la bolsa algo goteaba, un líquido oscuro que no lograba ver muy bien si era lo que me imaginaba por lo oscura que estaba esa calle, hasta que de la bolsa alcance a ver ¿un brazo? Mi dios eso era... era un cadáver.

25 de enero de 2017

- ¿Cómo ha ido el trabajo papá?

- Terrible, han encontrado el cadáver de una mujer desmembrada en uno de los basureros de la cafetería Royal.

Recordé enseguida al hombre que vi en el callejón el otro día, había tomado la decisión de no decir nada, algo me decía que si lo hacía podría pasar algo muy malo. Así que me limite a actuar mi mejor cara de terror y decirle a mi padre que lo mejor era que no me contara los detalles.

- Cuídate Leila, algo muy raro está pasando en el pueblo y no quiero que se repita lo que te paso y no, no me refiero al secuestro.

Me quede callada ante eso, sabía que mi padre aún no superaba lo que había pasado y lo sabía porque yo tampoco lo había hecho. 

Prometemelo [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora