Se supone que me tengo que presentar...
Me llamo Sofía Vergara, tengo diecinueve años y hace un año me gradué.
Mis madres se llamas Lucía y Estella. Son el cliché de chica rica y chica pobre con amor impedido por la sociedad y sus padres. Eso de imp...
¿Les he contado alguna vez de la familia de Lu? Es inmensa. Y todos la aceptan como es.
O, bueno, casi todos. La idiota de su ahijada finge que Elly y yo no existimos y sus padres, pero ya murieron así que...
Todos los demás están bien con que tenga esposa e hija. Y en este preciso momento estoy con unos de mis primos favoritos. Omar, Elías y Juaco fueron los primeros con quién hice algún tipo de contacto. Ellos fueron los que me ayudaron a hablar inglés y yo les enseñe un poco de español.
—Y ¿Quién era el que estaba afuera? —pregunto Elías después de, seguramente, carcomerse la cabeza de por la intriga.
—El novio de Carol, creo que se llama Luca —Respondí yo cuando el auto aparco.
—Si, lo llevo a casa un par de veces—dijo Juaco, el hermano de Carol—,pero no la miraba mucho a ella —agrego en un tono insinuador.
—Creo que estaban terminando —me baje del auto—. La verdad no me importa lo que haga esa pelotuda, tremenda milipili es la estúpida, no sé quién se cree.
—En inglés, por favor —Se quejo Juaco siguiéndome hasta dentro del local.
—Y más despacio —Omar nos siguió.
Nos encontrábamos en uno de los boliches de el pueblito donde vivíamos. Era de chetos, todos platudos.
Adentro era un caos de los buenos. Algunas personas saludaron a mis primos hasta llegar al VIP, donde el guardia nos dejó pasar con solo verlos.
Me quedé pensando en Carol.
O en su novio, mejor dicho.
¿En serio estaba con ella? ¿Por qué no me lo había dicho?
Digo, tampoco es que hablamos tanto pero se me insinuó.
O tal vez solo lo imaginé.
—Entonces ¿Cómo te va en tera—
Omar no pudo terminar su pregunta porque su respuesta llegó igual de rápido que la bebida que me trajeron a mi garganta.
—Volviste a tomar —Noto obvio Elías, no lo decía con un tono de decepción, solo, observación.
Sabía que ellos no estarían decepcionados de mi, cada uno tiene su pelea, y no nos andamos echando en la cara lo decepcionados que estamos cuando uno recae, solo nos ayudamos a no hacerlo de nuevo.
—¿Paso algo?
Mire a Juaco debatiendo si decirle o no, pero no hubo mucho que debatir la verdad, siempre les decía todo.
Tome otro trago.
—Amenace a Lu con un cuchillo cuando me despertó
Los tres asintieron, era algo común en mi. Una vez sonámbula, le clave un cuchillo a una planta,
Que estaba muy cerca del pecho de Omar.
—Oh, un clásico —bromeo Elías, pero su semblante era serio. No pude evitar escupir mi bebida.
Todos se rieron del chiste, muy oscuro y cínico, pero así nos curábamos nosotros
Cada uno tiene su forma de curar.
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