La Capa de Aquel.

Fatídico.

Eran trillizos, todo el pueblo lo sabía. La familia Grimm siempre había llevado consigo un historial de “anomalías” en su linaje. Desde siameses, hasta quíntuples, y en una que otra generación, bebés con diferentes discapacidades, e incluso, criaturas muertas.

Con el tiempo, se sabía, que muchos descendientes desarrollaban esquizofrenia, autismo y enfrentaban la depresión, cosa que los llevaba a la locura.

Por tanto, a petición de la Asociación de Colonos, luego del suicidio de la hija mayor de la Nueva Sangre Grimm, se decidió internar a la madre, con síntomas de depresión, en un manicomio, y repartir a los tres pequeños en diferentes direcciones, donde se supiese su llamativo historial.

Todo esto sucedió mientras Arnoldo Grimm, la cabeza de la Nueva Sangre, estaba en un viaje de negocios, para cuando regresó se encontró con su hogar hecho añicos, y no tuvo otro remedio que creer sobre la historia que le narraron los pueblerinos.

Su casa había estallado en llamas, su esposa y los trillizos habían perecido en las llamas, y su hija mayor, al no encontrarse ahí, cuando se enteró de la muerte de sus seres amados, recurrió al suicidio.

Arnoldo cayó en depresión, sin embargo, solo se fue, pues iba a vivir por los seres que—le habían hecho creer—que había perdido aquel fatídico día.