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Entre Cartas y Citas.

AU Humanizado.

Capitulo: 15

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—¿Entonces te gusta Tom? —Spike le preguntó y si no fuera  porque era la octava vez que la hacía le hubiera contestado con un optimista sí.

—Sí.

Luego de que Spike le reclamará sin escándalos pero con palabras de reproche, lo obligó a que le explicará el porque lo había estado excluyendo.

Por eso estaban ambos en la casa de Spike.

Cuando llegó lo hizo bastante nervioso y había olvidado todo lo que pensó decir. Luego la mamá de su amigo, esa señora tan linda y cariñosa, lo dejó entrar a la habitación de su hijo.

Después de esperar algunos minutos que fueron más largos que las explicaciones de la maestra de matemáticas, entró Spike con un vaso con leche y un plato con una galleta con olor delicioso que parecía recién horneada.

—Mamá te las manda —dijo Spike— Solo una porque estoy enojado contigo.

Y aunque él lo miraba con odio mezclado con traición, siguió pensando que esa mujer era un pan de Dios. Y él no cree en dioses.

—Habla, Ratón —Y la persona frente a él se cruzó de brazos.

Y dejando el vaso medio vacío, igual que el plato con media galleta, en la mesita de noche junto a la cama, procedió a explicarle.

A medida que lo hacía, Spike parecía entender o quedar más perdido, tampoco sabía cómo definir eso. Intentó que fuera de lo más claro y corto. Breve era la información e intentó no dar tantos detalles.

—¿El Gato sí te gusta? —Spike cortó su relato para cuestionarle con Tyke en las piernas.

Tyke es un perro. El bebe de Spike. Los caninos son sus favoritos y por eso el apodo. A Tom le gustan los gatos y a él los ratones.

Son apodos cariñosos y con una pizca de maldad que solo ellos mismos tienen el derecho de usarlos.

—Sí —susurró suave por la vergüenza del momento.

—Entonces eres gay.

—Sí —volvió a hablar bajito.

—Creo que ya me lo esperaba —rió Spike— ¿El Gato lo sabe?

—Sí —afirmó— ¿Otra pregunta?

_¿Las salidas son citas?

—Sí —contestó con el monosílabo y agregó— Pero ese detalle Tom aún no lo sabe.

—Supongo que también le has dado indirecta —dijo Spike y él asintió— Es tan idiota que seguro no se ha dado cuenta.

Soltó una risa porque era cierto. Se acercó para acariciar a Tyke también.

Siguieron hablando amenamente y su amigo pareció olvidar que estaba enojado con él y eso lo hizo feliz. De vez en cuando le repetía la pregunta «¿Te gusta Tom?» «¿Estás seguro?» poniendo como pretexto que no creía que fuera posible que se enamorará de alguien tan idiota.

Pero en lo de idiota estaba de acuerdo.

Le dió tantos concejos y le pidió que tuviera paciencia, como sí no fuera lo que ha estado haciendo desde el inicio.

—Podrías también enviarle cartas —propuso Spike. Negó rápido y su amigo pareció pensarlo más— Tienes razón, no tendrías ventaja.

Spike había entendido otra cosa, sin embargo, no se molestó en explicar eso también.

Pero estaba contento. Ya tenía el apoyo de uno de sus mejores amigos.

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