Día 4

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1998, Beacon Hills

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1998, Beacon Hills.

—¡Maya, vamos!

—Ya voy —dice la pequeña pelinegra de cuatro años, bajando la escalera con mucho cuidado, agarrando el barandal con sus pequeñas manos para no caerse como le ha pasado anteriormente.

—Ven aquí —un gritito infantil se escucha cuando es agarrada por su padre, que la hace dar una vuelta completa cuando bajó la escalera por completo.

—¡Papi! —se aferra al cuello de su padre con una sonrisa.

—¡Yo quiero, yo quiero! —el niño de cinco años da pequeños saltos para que su padre también lo alze.

Sin negarse, se agacha y alza en brazos a su hijo mayor, sosteniendo a ambos hijos en sus costados y dando vueltas, feliz de escuchar sus alaridos de alegría. Después de todo, si ellos están felices, él también. Se detiene cuando escucha un sonido y voltea hacia su derecha, viendo a su mujer con una cámara de fotos en sus manos.

—Posen para mami, niños —les dice a sus hijos, poniéndose derecho hacia ella para que les saque una foto.

Maya cierra sus ojos sonriendo hasta mostrar sus dientes y Clark ladea la cabeza con una pequeña sonrisa. Carmen saca la foto. Luego los hermanos se miran y una mirada después se encuentran besando la mejilla de su padre. La adulta rápidamente saca otra foto, dejando el recuerdo grabado en la fotografía.

—Te amamos, papi —dicen ambos mirando a su héroe número uno.

Él infla su pecho con orgullo, aguantando las ganas de llorar que tiene y sonríe, besando a sus hijos.

—También los amo, a ambos. Ahora, es hora de ir al parque.

—¡Si! —gritan los niños, siendo bajados de los brazos de su padre y corriendo a la salida, ambos con una mochilita que contiene algunos juguetes.

Cuando la familia Collins llega al parque, los primeros en bajar son los más pequeños, siendo tomados por las manos al instante por su madre, diciéndoles que no se vayan sin ella. Ellos asienten, caminando con su madre mientras buscan un espacio cerca de los juegos infantiles. James se encuentra sacando las cosas del auto.

—¡Allí! —señala la niña.

—Está bien, vamos.

Debajo de un árbol colocan el mantel para sentarse, siendo cubiertos por la sombra que otorga. Los niños ayudan a sus padres pero al estar todo listo y con el permiso de ellos, se dirigen hacia los niños a unos pasos de ellos.

—Clark, ¿quieres...?

—¡Clark! —observa cómo unos niños llaman a su hermano mayor moviendo sus manos.

—Iré con mis amigos, May —le avisa a su hermanita, sacudiendo sus cabellos y corriendo hacia los nenes.

La pequeña forma un puchero, cruzándose de brazos. Quería jugar con él, no es justo. Esos niños quieren robarse a su hermano. No es justo.

Una Semana De Secrets ▬ Maya Collins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora