Capítulo 27: Disparo de gracia

42 7 0
                                    


Akina Lee

—Todos los militares prepárense abandonamos el lugar y capturamos a Meyer —escuchamos por los comunicadores mientras que me trasladan dentro de la ambulancia y Kenneth me acompaña mientras tratan mi quemadura.

Espero que no me queden cicatrices profundas.

—¿Cómo se encuentra Lebrant? —preguntó por el auricular a los soldados médicos. Mientras que resisto el escozor por la quemadura.

—Aún inconsciente teniente, pero logramos parar la hemorragia en su pierna e iremos a operarlo.

—Le puse la inyección para detener su sangrado y el dolor, eso evitará que le amputen la pierna —no quiero ser negativa, pero su pierna quedó en carne viva y sus tendones se veían a simple vista.

—Le ayudó teniente y solo necesita ser operado.

—Que alivió y yo le informaré sobre la situación a su madre —digo mientras que ya terminaron de tratar la quemadura y Kenneth está sentado a mi lado con la vista perdida. Culminó la llamada y dirijo mi mirada a él.

—¿Qué te preocupa Kenneth? —preguntó haciendo que me mire.

—Que fue demasiado fácil que capturaran a Meyer. Sé que estuvimos como cinco horas para eliminar a los del psiquiátrico y salvar a las personas, pero...

—Piensas que tiene un as bajo la manga ¿Verdad? —culminó mientras observó con disimulo quien me atendió, pero está tranquila y tiene el mismo uniforme militar que nosotros un enterizo negro y gris con el águila bordada en el uniforme, chaleco antibalas, armamentos y botas así que observó por la ventanilla que nos conecta con el conductor.

Por supuesto que Meyer tiene un as bajo la manga.

—Kenneth el conductor.

—Entendido mi teniente —dice con una sonrisa mientras que pone un dardo tranquilizante en su arma. El auto se descontrolará un poco, pero es algo que sabremos lidiar.

—Aleiza habrá un poco de turbulencia así que prepárate —le aviso a la médico militar que prepara su arma y se sujeta del soporte del techo de la ambulancia. Así que Kenneth se acerca a la ventanilla y rompe con fuerza el vidrio con el mango del arma. Hace que el conductor de una curva moviéndonos y sacando su arma me acercó. Tomando su brazo le aplicó una llave haciendo que el tiro vaya al techo y que Kenneth le inyecte el tranquilizante. Logrando calmarlo.

Pero miro el camino por la ventanilla rota y veo que nos dirigió a una zona boscosa y me fijo que en su cintura activó una bomba de corto alcance.

—¡Debemos saltar ahora! —gritó haciendo que Aleiza abra las puertas y saltando los tres a la vez. Caemos alrededor de árboles que están cerca de la carretera y sin importarme el escozor y el dolor del brazo me levanto y corro lejos en donde Kenneth toma mi mano haciéndome alejarme más rápido mientras que Aleiza nos iguala el paso. Trato de comunicarme con Stone o algún militar, pero por la caída el auricular se dañó.

Escuchamos un estallido que nos hace correr más rápido hacia la carretera para que la onda no nos alcance. Observamos cómo las camionetas pasan por nuestro lado al llegar, pero la última camioneta se para bruscamente a nuestro lado. Sacamos nuestras armas y apuntamos, pero el conductor es Jeremy el mejor amigo de Jasper.

—Suban y teniente le atenderán la herida de nuevo —nos montamos todos a la camioneta y noto que la herida del brazo se abrió nuevamente por la caída que tuve.

Poco me ha pasado en esta misión...

Un soldado empieza a desinfectarme, aplicar anestesia local a la herida para empezar a suturármela. Mientras que pido informe de todo lo que ha pasado. Jeremy me informa que en estos momentos Jasper ya llegó al hospital Central en donde están las mujeres que rescatamos para poder atenderlas e informarles a sus familias.

El Yoga de la señorita L TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora