LAMENTO DE UN CAZADOR

Capítulo 10

Quedan diez tributos en la arena. Con la muerte del chico del Distrito Diez en horas de la mañana por la espada, a manos de Thresh; la recta final de los juegos del hambre está a la vuelta de la esquina, y por primera vez en años los dos representantes del Doce siguen con vida. Esa posibilidad me alegra, no solo por el hecho de que Katniss tiene más probabilidades de ganar sino porque las minas cerrarían hasta finalizaran los juegos o la muerte de nuestros tributos, dicha medida permite a todos los habitantes del Distrito, la posibilidad de ver las transmisiones, liberándome de una gran angustia, como hoy.

Antes de irme a la capacitación Katniss y Rue desayunaban huevos crudos y lo que sobró de la caza. Cuando regreso del quemador con lo que queda para las familias el estado de exaltación que hay en la casa me contagia, Prim y Amelia están en mi casa, por lo relajadas que se ven parece que la vida de Katniss no está peligro. Por ahora.

—¿Qué ha pasado?—Pregunto, interrumpiendo la charla que hay en la sala—¿Cómo le fue a Katniss y Rue con su plan?

—Apenas lo van a llevar a cabo—responde Prim con una sonrisa—, primero los van a distraer prendiendo tres fogatas, cuando los profesionales se alejen de la pila, Katniss destruirá todo.

—¿Saben ya que eso está minado?—pregunto preocupado.

—No, pero tú conoces el comportamiento de mi hermana en el bosque, no se acercaría a la pila sin detenerse a observar su entorno—replica Prim—. Además, Rue ya le dijo que los suministros estaban apilados en la cornucopia siendo protegidos por el chico del Tres. Le parece extraño, así que no irá corriendo a la comida.

En eso tiene razón, Catnip no haría semejante estupidez, como cazadora antes de disparar a los animales, observa el lugar en el que está y las posibles rutas de escape que pueda tomar en caso de un escape inesperado. En pantalla, las chicas se están organizando las provisiones antes de separarse, Katniss le deja a la niña la cantidad suficiente de comida y cerillas para las fogatas, también le deja su saco de dormir.

—¿Y tú qué? ¿No pasarás frío? —le pregunta.

—No si cojo otro saco en el lago —responde, encogiéndose de hombros—. Ya sabes, aquí robar no es ilegal —añade, sonriendo.

En el último minuto, Rue le enseña una señal para comunicarse valiéndose de los sinsajos que hay en la arena.

—Quizá no funcione, pero, si oyes a los sinsajos cantarla, sabrás que estoy bien, aunque no pueda regresar en ese momento.

—¿Hay muchos sinsajos por aquí?

—¿No los has visto? Tienen nidos por todas partes —responde.

—Pues vale. Si todo va según lo previsto, te veré para la cena –dice

De repente, Rue rodea su cuello con los brazos, el cual Katniss corresponde después de un instante de vacilación.

—Ten cuidado —pide la niña.

—Y tú —responde; sin decir nada más, camina en dirección al arroyo. Al llegar, sigue su curso hasta el punto donde se bañó el día anterior, allí rellena la botella y trata sin éxito de camuflar su mochila. A partir del lugar donde tiró las rastrevísculas, es más cuidadosa de su entorno, tiene una flecha preparada por si algún profesional aparece de improviso.

Llega a un pequeño bosquecillo, donde se oculta muy bien de la vista de los profesionales. Como era de esperarse, Rue enciende la primera fogata atrayendo la atención de los profesionales, los cuales huyen dejando de guardia al chico del Tres y con una amenaza por parte de Cato:

—¡Cuando la encuentre la mato a mi manera, y que nadie se meta!

Katniss para el tiempo suficiente observando la pila de suministros, buscando la manera de destruirlo, lo sé porque tiene la misma mirada que pone cuando está a punto de salir de su escondite, aparece la chica del Cinco, la pelirroja, llega sin hacer ruido y da una serie de saltitos de camino a la comida, por un momento trastabilla y suelta un pequeño grito, por suerte para ella cae en una parte segura; llega a la pila y toma un poco de cada cosa para no revelar que conoce el camino seguro a la comida . Esa chica ha sido un cumulo de sorpresas, no ha necesitado enfrentarse a ningún tributo para obtener todo lo que necesita para mantenerse en la arena, también es muy observadora.