Capítulo XXVIII (Vicky)

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Volver al mundo y en lugar de ver el otro lado de mi cama vacío verlo a él, observándome mientras dormía, grabando todos mis gestos y mínimos movimientos.

Él, que se había convertido en mi mar, en el que me calmaba pero a la vez me aterraba, en el que por más que me esforzara por bucear en sus profundidades nunca llegaría a tocar fondo porque absorbía mi oxígeno con facilidad, en el que a simple vista se torneaba a favor del cielo pero en su interior era azul tormenta.

Después de esa noche no quería nada más solo que las personas leyeran nuestra historia y que Romeo y Julieta les pareciera un cuento de niños, que las chicas no creyeran en los príncipes azules pero si en las personas que saben reconstruirse.

Quería que nos leyeran los decepcionados y que volvieran a creer, que la humanidad viera sentido en la palabra resiliencia y que él cada vez que leyera una de mis líneas se acordara de mí, de que quería ser su pedacito de magia, ese que ni aun después de 80 años y con tendencias a Alzheimer pudiera dejar de mencionar, lo que contara cuando sus nietos le pregunten si se enamoró alguna vez, aunque solo se enamore de momentos, esos que pasamos juntos.

Quería saber por qué me hace querer decir palabras que prometí nunca mencionar. Y hacerle saber que si en aquel punto exacto, creía que no podía vivir sin él, estaba equivocado. Sí que podía pero no quería.

Esa tarde se iría, nos separaría la región francesa y una pequeña parte del Atlántico y volver a las pantallas me aterraba pero le quería como para volvernos locos de la risa, ebrios de la nada y pasear sin prisa por la calle tomados del corazón. Como para qué hiciéramos de cualquier rinconcito nuestro, donde la luna se colara por las rendijas de la ventana, la alarma del móvil no fuera nuestro despertador y donde pudiéramos convertirnos en enófilos degustando juguitos de uva.

-Me he enamorado de una persona que siente mucho y demuestra poco, orgullosa, a veces egoísta, que odia la mentira y la falsedad, que le importan más los detalles y las buenas acciones inesperadas que unas palabras bonitas, una persona celosa y posesiva con lo suyo, que se enoja de pequeñas cosas porque le importan demasiado, un poco radical, a veces fría y dura pero de corazón sencillo, en ocasiones bipolar y con grandes cambios de humor-comentaba con las chicas sentada en uno de los sitios libres del Coffee Moments- pero es la misma persona que quiero ver cada noche antes de dormir y eso significa compartir la vida entera.

-Supongo que todos queremos eso, ¿no?-cuestionó Rocio, mientras le daba un largo sorbo a aquel expresso- La típica lista de: título universitario, trabajo, casa, matrimonio, hijos, vejez y muerte. Es normal.

-Aburrido-añadí-¿A quién le gusta lo normal?-pregunté encogiendo los hombros y llevando a mi boca más de 500 calorías que contenía uno de los cupcakes que encargamos a la mesa- Aspiro a hacer más de lo que todos hacen, no quiero tener lo que todos tienen, yo lo quiero a él-dije entre una mordida y otra que le daba a aquel pecado con cobertura de chocolate-con sus manías de siempre, sus gustos excéntricos y su manera de demostrar que me ama con idioteces capaces de sacarme de quicio. Quiero que sea él quien entre por la puerta, deje el traje en la percha y me coma a besos mientras preparo croquetas en la cocina. Quiero sus abrazos, sus embestidas y sus ojos-dije decidida.

Entonces lo supe, que quería la lista básica pero con nadie más que con Frank. Levanté mi vista, apartándola de Rocio y de aquellas horas de gimnasio desperdiciadas y la clavé en la puerta de salida.

Tenía que salir de allí, faltaban 30 minutos para que se marchara de Londres, no había pensado en como reaccionaría cuando estuvieras a escasos centímetros una vez más. Solo sabía que cuando te encontrara, no querría volverte a perder.

Corrí, corrí con todas las fuerzas que me proporcionaba volver a verlo hasta el aeropuerto pero fue en vano, el vuelo de Frank había salido minutos antes.

Lo había dejado ir sin volver a decirle que entres nosotros no solo parecía que iba a llover sino que existirían truenos, relámpagos y que del cielo caería toda el agua que hiciera falta.

Espero que ambos capítulos les encanten. Decidme si les gustó la idea de ver el dia siguiente desde la perspectiva de nuestros dos chicos. Decidme si están tan tristes como yo porque casi llegamos al final😯🙁. Os leo😊

El camino hasta ti [# El Camino I] ✔ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora