Capítulo 11

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Capítulo 11: Luto

Debajo de un árbol ubicado en una pequeña colina verde. Un hombre se encontraba sentado observando como su pequeño sobrino jugaba, con una rama de árbol, a ser un caballero. Tal y como en las historias antiguas.

Desafortunadamente el joven de cabello rubio tropezó y cayó colina abajo. El hombre, tras ver lo anterior, se levantó rápidamente y fue a comprobar el estado de su sobrino.

Al llegar con el, se percató que sujetaba firmemente su rodilla y mantenía los ojos cerrados, en un intento de resistir el dolor. Intento que fue en vano, puesto que una lágrima se escapó de entre los párpados.

El hombre, con la fuerza justa, levantó al niño y lo llevó debajo del árbol. Dónde la brisa refresca el lugar.

El hombre pidió al menor retirar sus manos de la herida, el niño hizo caso y dejó que su tío exámine la herida. Esta era del tamaño de un dedo meñique, del meñique del niño al menos. De una mochila, el hombre sacó una venda y se la colocó en la herida a su sobrino.

En ése momento no poseía alcohol para desinfectar la herida, por lo que optó por cubrirla mientras que volvían a casa.

Al regresar a su hogar, el hombre fue por una botella de alcohol y un poco de algodón. Al volver con el niño, le retiró la venda, húmedecio el algodón de alcohol y, estando a punto de tocar la herida con el algodón, su sobrino retiró la rodilla.

--Pero arde mucho-- fueron las palabras del niño rubio mientras veía a su tío con una lágrima recorriendo su mejilla a causa del dolor que aún le causaba la herida.

--Pero mi sobrino es muy valiente-- dijo el hombre a la vez que secaba la lágrima de su sobrino. El hombre extendido su mano libre hacia el niño --aprieta mi mano para desahogar el dolor--

El niño tomó la mano de su tío y cerró los ojos con fuerza para después asentir, dando a entender que estaba listo para desinfectar la herida.

El hombre colocó el algodón húmedecido en alcohol sobre la herida, ocasionando que el niño se queje por el dolor y cierre con fuerza la mano con la que sujetaba a su tío.

--Duele-- dijo el niño.

--Lo sé-- dijo el hombre --pero estoy aquí para cuidarte. Siempre estaré contigo, nunca dejaría que algo te ocurriese Link--


La alarma despertadora se hizo precedente. A lo cuál el muchacho rubio, con desánimo, apagó ese molesto sonido. Este se levantó de la cama y prosiguió a cambiarse el traje, que no llegó a cambiarse la noche anterior, por una camisa y pantalones para el hogar. Podía faltar a la clase de esgrima.

Link se dirigió temeroso a las escaleras y, esperando que haya sido una horrible pesadilla, comenzó a bajar por ellas.

Podía escuchar la televisión, tal y como anoche, más en el fondo sabía que era otra falsa esperanza ocasionada por él mismo. Al llegar a la planta baja, su tío seguía en el sofá con la sabana que él le puso con el deseó de que estuviese dormido. Más no fue así.

Link tomó su teléfono y se dispuso a marcar a un número... Pero no pudo... No podía... No quería aceptar que su tío falleció.
Dejó el teléfono, con los números marcados pero sin llamar, sobre la mesa.

Apagó la televisión y tomó asiento en el comedor. Recostando sus brazos y cabeza en esta. Y sin intenciones de evitarlo, las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas.

Los Elegidos (LWA x TLoZ) [Creado por Mainder]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora