El hijo de Lan Qi Ren.

Suibian, en un sueño.

La ceremonia de los trece años ha llegado no solo para Lan Ying, si no que también para sus compañeros y jóvenes de otras sectas. Todos están felices porque serán reconocidos como cultivadores a partir de ese día, recibirán sus espadas a las que le pondrán un nombre especial.

Este año como los anteriores, los que están a cargo del grupo son los gemelos jades y el pequeño ya quiere partir por que desea tener su espada, un arma espiritual a la cual debe ponerle un nombre y además por fin dejar la de practica.

Las jóvenes promesas están ordenados en las puertas de Gusu Lan esperando por fin partir y en esta ocasión la secta a cargo de la ceremonia corresponde a los Jiang.

- todos en orden que ya vamos a partir - anuncia Lan XiChen que va a la cabeza junto a su hermano.

Mientras tanto Lan Ying esta en el pabellón de las ceremonias, vestido con su mejor hanfu, el más caro diseñado para él y con los accesorios lujosos que decoran su cabeza y muñecas. Los ancianos ven con orgullo mal disimulado al tercer jade destacado al igual que sus primos en las seis artes.

- durante todos estos años me han dicho que no existe nada más importante en la vida de un cultivador que la ceremonia de iniciación, que si no se pasa por ella no eres reconocido como tal por nadie y perderás el respeto.... - dice Lan Ying en tono neutral, con una mirada llena de tristeza.

- hay excepciones. Eres un joven prodigio tienes mas logros que cualquiera de tu edad - dice Lan QiRen.

- pero yo no soy cualquiera, soy tu hijo, el tercer maestro.... si voy a esa ceremonia, no seré reconocido ni aceptado como un verdadero cultivador.

- mandamos cartas a las otras sectas, en donde se les dice que tu ceremonia se realizara con un ritual sagrado ante nuestros ante pasados, ellos respondieron en aprobación, por lo tanto ya te reconocieron como.....

- no es eso, era mi primera cacería oficial. Por primera vez en mi vida saldría realmente de Gusu Lan.

- habrán mas oportunidades - dice QiRen.

- más oportunidades en las que buscaras una excusa para no dejarme participar - dice el joven con desilusión - si te avergüenzas de mi, puedo ponerme una mascara todos sabrán que soy el hijo Lan Qi Ren pero no verán mi rostro y fiera de aquí nadie sabrá que soy tu hijo, si es eso lo que te preocupa...

- A'ying, no se trata de eso.

- entonces ¿de qué se trata? - grita desesperado - ¡explícame por que no entiendo! - los ancianos no hacen otra cosa mas que mantener silencio.

- en este momento realizaremos la ceremonia y es necesario que te calmes - dice el líder Lan con comprensión.

- ¿no me van a responder? - pregunta el joven con desilusión.

- ya que has decidido no escuchar nuestras excusas, por ahora no responderemos - dice su tío.

Después de un extenso ritual, en el cual el joven Lan sentía que era mentira, recibe su espada espiritual.

- no tiene nombre.... - dice su padre - ¿cómo la vas a llamar?

- Suibian...- susurra el joven acercando la espada a sus labios y en el momento, como si fuera un hechizo, el alma del arma acepta su nombre y se grava en la perfecta hoja.

Al escuchar el nombre escogido por el tercer jade, se generó un breve silencio en el salón nadie quería decir nada ya que el estado de animo del joven no era el mejor.

- no puedes llamarla con ese nombre - dice su madre indignado.

- ¡Suibian a aceptado el nombre que le escogí...! - exclama Lan Ying, demostrando que ya no hay vuelta atrás.