El hijo de Lan Qi Ren.

Camino a Qishan Wen.

Solo pasaron algunos días y el pequeño Omega sintió la enorme ausencia de su madre, así que en la cama donde dormía Lan Qi Ren, hizo un nido con todas las túnicas y ropa de cama de mamá, para no sentir tanto su ausencia.

Era tanto el desánimo de Lan Ying, que hasta los ancianos estaban realmente preocupados. Ni siquiera el consuelo de Lan Zhan podía levantarle el ánimo, por lo tanto enviaron una mariposa mensajera a Qishan Wen avisando del estado del menor. A los días después llega a Gusu varios soldados desde Qishan con indicaciones de que deben escoltar al menor y a Wen Chao de regreso con los Wen, para que ayuden en la preparación de la boda.

Fue difícil para Lan Zhan dejar ir a Lan Ying puesto que él quería acompañarlo, pero su padre le hizo ver qué debía dejarlo marchar, ya que el problema era un asunto más íntimo, familiar de ellos.

En pleno vuelo, la energía resentida y una muy poderosa le llama la atención a Lan Ying obligándole a detenerse - ¿Qué sucede?- pregunta Wen Chao.

- ¿Qué hay en esa dirección? - pregunta el Lan con absoluta curiosidad.

- Los túmulos funerarios ¿Por qué?

- Siento que alguien me llama desde esa dirección - responde bajo una especie de hipnosis.

- Oye... - mueve su palma frente al rostro del Lan - ¿Qué sucede contigo? no nos hagas perder el tiempo...

- ¿Qué está sucediendo? - pregunta Wen Zhuliu acercándose.

- No reacciona... - responde Wen Chao. Lan Ying se desvía del camino en dirección a los túmulos - ¿Pero qué...? - los Wen se ven obligado a ir detrás del Lan.

Al llegar a la que solía ser la entrada de aquel lúgubre lugar, en una vida anterior, cuatro mujeres vestidas de rojos salieron a recibirlo, pero en realidad Lan Ying está bajo un hechizo por lo tanto ignora lo que está ocurriendo a su alrededor. Al llegar los Wen, vieron que el omega está recostado sobre una espesa y oscura nube que lo mantiene flotando en el aire, en lo que las mujeres le acarician del rostro, el cabello o le sostienen de las manos.

- Apártense de él - grita Wen Zhuliu en una orden. Las mujeres lo ven expresando una tétrica sonrisa.

- Es nuestro, nos pertenece... Le hemos estado esperando por demasiado tiempo - se escucha decir de una voz fantasmal.

- pues, adivine qué... tendrán que seguir esperando - dice Wen Chao.

- su sangre es nuestra, el patriarca nos pertenece - dicen las mujeres para seguir el camino rumbo al interior de los túmulos.

Los Wen atacan a los animas para que liberen al pequeño Lan ya que lo empezaron a arrastrar al interior de los túmulos pero de un rápido movimiento Wen Chao saca su látigo el que lacea para luego enrollarlo en la pierna del omega - ustedes suéltenlo, él nació y volvió para nosotros - se escucha decir de una voz en el aire.

Con hechizos y pergaminos los Wen se enfrentan a las mujeres y la energía resentida. Cuando lograron hacer que aflojaran el agarre sobre el menor, Wen chao lo agarro entre sus brazos contra su pecho.

- No reacciona... - dice preocupado Wen Chao.

- Debemos llevarlo con Wen Qing - sugiere Wen Zhuliu.

El suelo a los pies de los Wen empieza a temblar y de pronto una estampida de cadáveres feroces salen de entre las ramas y troncos secos y negros de los túmulos.

- A sus espadas... - grita Wen Zhuliu. Los muertos corren y rugen como verdaderas bestias hambrientas, extienden sus brazos queriendo alcanzar a Lan Ying y en la desesperación, antes de emprender el vuelo Wen Chao cae al suelo con el omega sobre él.