4 años han pasado después de volver a traer la calma y haber parado a Necross, Mune y Glim viven una vida tranquila y feliz como pareja y Mune continua con su labor como guardián de la luna, al igual que Sohone por parte del sol; pero aunque pensaba...
Toda la noche Glim y Mune dieron un paseo por la joroba del templo y Glim sostuvo algunas pequeñas arañas lunares y con mucha delicadeza tocó los hilos que manejaban el ritmo del templo; después de un rato subieron nuevamente hasta la cabeza de esta enorme criatura y desde ahí ambos observaban sentados las estrellas y el cielo nocturno, Glim señalaba maravillada algunas constelaciones mientras que Mune la miraba siempre con una vista y sonrisa agradables y tiernas, está noche era más especial y linda que las otras, no solo por el hecho de que estuvieran juntos, si no que Mune quería pedirle algo a ella,y lo haría justo ahora.
Pero en cuanto Mune trato de dar un respiro para calmarse algo interrumpe su momento de paz, el templo dio un alarido grave y alto, Glim se asusto un poco, el templo se tambaleo un poco para finalmente dejar de mover sus largas extremidades, Mune giro para ver la luna pero no había ningún problema con esta, el templo no se puso en su estado de letargo por así decirlo como había ocurrido la anterior vez, solo se quedó inmóvil.
Glim se notó un poco preocupada, Mune también, por lo que con cuidado bajo sujetándose del pelaje del cuello hasta llegar a un lado de la cabeza.
M: Hey! Amigo?! Heeey! Despierta
G: que le sucede? Pasa algo con la luna otra vez?
M: N-no lo creo, no hace nada
Mune pasó su mano frente a los ojos de el pero no ocurrió nada, finalmente y en lo menos esperado el templo empieza a doblar sus patas y dirigiéndose al suelo, la velocidad tomo por sorpresa a Mune quien apenas pudo sujetarse bien, Glim se sujeto como pudo y grito, finalmente el templo quedó recostado con el cuello en alto en el suelo, la noche se había detenido, Mune inmediatamente subió por el cuello y fue a auxiliar a Glim la cual se encontraba bien.
Ambos caminaron por la joroba para ver si la luna estaba bien, y comprobaron que si, no había nada malo con ella pero tampoco sabían que le había pasado al templo; entonces a través del agujero por el que salía el hilo se empezó a ver un brillo anaranjado, el templo del sol se acercaba y el ciclo había Sido interrumpido otra vez. Desde los bosques en dónde habitaban las criaturas la noche veían como el templo se había detenido.
Devuelta en el templo, Mune al percatarse de que el sol se acercaba se dirigió hacia donde se encuentran las arañas lunares, pero estás aunque mudas también se veían igual de confundidas que él.
G: que crees que esté pasando?
M: N-no se...
Desde su puesto Sohone logro ver en el intermedio del cielo púrpura y naranja al templo de la luna reposando, de inmediato paro al suyo jalando de las cadenas, pensó que se iba a repetir lo de la anterior vez, pero vio como la luna seguía sujeta a la joroba del templo, giro hacia el sol y vio que también se encontraba bien. Bajo hasta el sitio donde se encontraba las estatuas y de ahí en una de las paredes tomo uno de los arpones y bajo hasta suelo firme y verde para dirigirse hasta la noche apartando árboles y hiervas.
Desde sus casas tanto del día como de la noche notaron que estaba durando más de lo normal el ciclo, pero no sabían que ocurría, Sohone trepó por el lomo del templo de la luna y camino hasta la joroba, al llegar ahí llamo Mune y este de inmediato al oír su voz levanto una de sus orejas y salió por el hoyo.
G: te acompaño
Ambos salieron y vieron a Sohone parado, los tres estaban confundidos y no sabían porque se había interrumpido la paz:
S: esto es muy raro, la luna está ahí, porque se detiene?
M: no sabemos...
G: mientras estábamos juntos de la nada se detuvo, no parece haber nada mal con el templo y la luna... S-solo lo hizo.
S: crees que sea Necross? Seguro que si le limpiaste el alma la última vez?
M: claro que sí, además, el Inframundo ya está completamente puro, no debe ser el, la luna y el sol ya hubieran desaparecido.
G: es verdad Sohone, no creo que esto sea igual que esa vez.
S: sabes controlar al templo o no Mune?
M: claro que sí, estábamos los dos... Eh, juntos, y lo hizo, aunque pensándolo bien... Cuando fuimos a esculpir la nueva luna vimos que ese espacio no era limpio del todo.
G: las pesadillas, las recuerdas?
M: si! Esas, si el Inframundo ya está limpio no entiendo que puede hacer eso, quizás... Y si quizá no podemos ver lo que le pasa?
S: que quieres decir?
M: ni yo lo se.. es confuso y repentino
Pero antes de toda la confusión y en otra parte de la existencia, mas concretamente en el mundo de los sueños, había una figura presente ante tanta tranquilidad, de color negro o azulado muy oscuro, una altura media, con algo en su cabeza que parecían cuernos y unas orejas, piernas largas al igual que sus brazos, su espalda al parecer peluda y tenia una cola larga y puntiaguda, una mirada fija al horizonte con un brillo en sus ojos de un tono turquesa y mientras estaba de pie inmóvil transmitía un aura algo oscuro a su alrededor, una especie de sombra que lo envolvía. pero esta extiende sus delgados brazos hacia arriba y luego los mueve lentamente hacia bajo, con estos hizo varios movimientos extraños moldeando algo similar a una especie de portal por el cual traspasaba una luz blanca.
Este ser, que se veía así:
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