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Las gotas de lluvia mojaban parte de su ropa, pero ya no le importa

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Las gotas de lluvia mojaban parte de su ropa, pero ya no le importa. Gojo caminaba a su lado como si fuera su guardaespaldas.

—Gojo-sensei, puedo trabajar sola. — digo con un poco de fastidio. — Además tienes que ayudar al chico nuevo.

El hombre de blanca cabellera detuvo sus pasos al escucharla las palabras de la chica.

—Así que ya sabes de Yuji. — susurro para si mismo. —¡Bien! Como tu quieras. — bufo. —Ten cuidado y no regreses muy tarde.

Fue lo último que dijo antes de desaparecer de su lado, Michiko suspiró: realmente tenía ganas de conocer al recipiente.
"¿Cómo lucirá? ¿Será fuerte? Claro que si, debe serlo para lograr contenerla." pensó sin darle importancia a al potente frío que empezaba a rodearla.

Michi... La maldición ya está aquí. — una suave voz susurró en su oído.


—Lo sé, Hebi. — sonrió.

Su ubicación era fácil, el bosque era el lugar en donde mayormente trabajaba: aunque claro estos se encontraban cerca de un hospital o cárcel.
Ella estaba encargada de acabar con las maldiciones libres, dejando para los grupos el interior de los puntos malditos.

—¡Bien! Es hora de comenzar. —tronó sus nudillos y juntos sus manos cerrando los ojos.

Podía sentir cada movimiento a su alrededor, excluyendo los gotas de agua golpeando suavemente el suelo.
Los animales que ignoraban su presencia, debía encontrarla para poder exterminar su asquerosa existencia.

"¡Ahí estás!" pensó abriendo sus ojos con fuerza, la oscuridad hacia que estos brillarán.
Dos metros a su derecha, era la ubicación de la maldición.

Sus pasos eran silencios imposibles de detectar, comenzó acercarse hacia la maldición hasta que estuvo detrás suyo.
Era enorme, su piel daba asco y múltiples ojos se movían sin parar.

—Hebi... — llamó a un pequeña pero muy peligrosa serpiente blanca con los ojos rojos. — Acabemos con ella.

Si, su corazón fuera capaz de sentir lástima por aquella maldición realmente su final hubiera sido otro.
Dio un leve salto que la hizo volar durante un corto período, lo suficiente para dejar caer sobre la cabeza de la maldición su serpiente: se abrió paso en su piel entrando en su interior y destrozando todo a su paso.

Sus gritos resonaron por todo el bosque, Michiko cayó de pie en el suelo y con su mano arrancó una de sus extremidades.

—Interesante... —pronunció observando como esta la miraba con temor. — Vuela... Vuela... Vuela sobre el cielo azul...~ — canto viendo como esta empezaba a levitar.

❝ 𝑯𝒆𝒃𝒊 ❞ 𝐉𝐮𝐣𝐮𝐭𝐬𝐮 𝐊𝐚𝐢𝐬𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora