capitulo 5

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Vale, ¡OMG!

En serio, no me lo creo.

¿Por qué me emociono?

« Porque esta bien bueno. »

Tú cállate.

Bien, decidí llenarme de valor y responderle.

Maddie: ¿Cómo estás?

¿No se me podía ocurrir algo mejor?

Nathaniel: Bien, y ¿Tu?

Vale, que chico tan amargado.

Maddie: Mmmh, yo bien.

¿Y ahora qué? Ni idea, la verdad... Decidí seguir yo la conversación.

Maddie: Me gusta como cantas y tocas la guitarra.

Nathaniel: Gracias, y no es lo único que hago bien.

Oh, oh...

¿Está insinuando lo que creo que está insinuando?

Me quedé completamente en shock, tal vez, él se dió cuenta y volvió a escribir

Nathaniel: Soy músico desde pequeño, todos en mi familia también son músicos.

Maddie: Wow, eso es genial.

Decidí preguntarle lo que llevaba rato pensando.

Maddie: ¿Por qué me diste tu número?

Nathaniel: La misma razón por la que tú me escribiste.

¿Ah? No entiendo ¿Y eso qué significaba?

«Dios mío, eres tan lenta.»

Es que enserio no entiendo.

Estuvimos un rato hablando sobre cosas triviales.

Nathaniel: Adiós, Maddie.

Dejé el teléfono a un lado, aún no podía creer que en todo el día tuve dos conversaciones. Empecé a jugar con Cody en la cama, hasta que escuche a mamá llegar.

— ¡Maddie, ya llegué! —gritó mamá.

— ¡Ya bajo!

Fui escaleras abajo con Cody, pero me tuve que detener un momento porque se cayó de cabeza por las escaleras, ciertamente me pareció muy gracioso. Lo puse en mis brazos y fui directo a la cocina a ver a mamá.

Cuando llegué estaba sentada en una de las sillas que se encuentran en la isla de cocina, estaba con la cabeza agachada, se veía muy cansada. Estaba de espaldas a mi, por eso no se había dado cuenta que yo estaba ahí.

Me le quedé observando por un rato, la verdad es que a mamá no le sentaban bien las horas extras que hacía en el trabajo, algunas veces llegaba a casa a media noche, hoy había llegado mucho mas temprano. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por Cody, que saltó de mis brazos a ir a saludar a mamá.

El cachorro empezó a rascar los pantalones de mamá con sus pequeñas patitas, de pronto mamá se dió cuenta que yo estaba ahí y se le iluminó la mirada al verme.

— Hola, hija. ¿Cómo te fué hoy?

— Bien —me límite a decir.

— ¿Sólo bien?

— Bien, hoy conocí a un chico llamado Mathew y también entré en la tienda de música de el sr. Brandon ¿Te acuerdas? Bueno, resulta que ahora la tienda la dirige su sobrino.

Mamá había quedado boquiabierta, su cara era de sorpresa total. De pronto reaccionó y se me lanzó encima.

— ¡Me alegro mucho por ti, Maddie!

Invierno por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora