capitulo 9

30 2 1
                                    

Maddie.

Aún no creía que había aceptado que Nathaniel viniera acá a mi casa, yo nunca dejaría que alguien el cuál no conozco bien viniera a mi casa.

¿Y por qué a Mathew si?

Pues, porque con Mathew es diferente.

Hablás de que Nathaniel si te gusta y Mathew no.

No, como crees.

Ajá.

La brisa fría que anunciaba que el invierno estaba llegando entraba por mi ventana ahora abierta, había un profundo silencio. Solo se escuchaban los ruidos nocturnos de afuera, ese tipo de ruidos que te hacen asustarte mucho, por suerte me coloqué mis auriculares y empecé a escuchar cualquier canción al azar.

Terminé por escuchar: Smells like teen spirit - Nirvana, definitivamente la emoción de la canción me hacían sentir de alguna forma reconfortante y feliz, me hacía sentir una clase de adrenalina fluyendo por mi cuerpo.

Nathaniel venía mañana por la tarde, y estaba nerviosa, porque tengo una semana entera que no lo veo, y he cruzado palabras con el como unas tres veces, lo cual es mucho viniendo de mi.

Empecé a jugar con Cody que aún no se quedaba dormido, y eso era algo raro viniendo de el, porque últimamente estaba durmiendo mucho. Le hacía cosquillas en su barriga mientras  se movía, y así duramos como 20 minutos hasta que al final se canso y se quedó dormido.

Me levanté de mi cama a lavarme los dientes, el piso estaba frío, lo sabía porque tenía los pies descalzos, al llegar al baño y verme en el espejo sentí una sensación de desagrado a mi aspecto, pero decidí ignorarlo.

Cuando termine y regrese a mi habitación, fue que empezó a ocurrir.

Lo que había estado soportando por lo largo de los años desde que era pequeña... estaba teniendo un ataque de ansiedad.

Empecé por sentir como se aceleraba mi corazón, mientras me sentía muy mareada como si fuera a desmayarme, un cosquilleo empezó a recorrerme todo el cuerpo y sentía que el aire no llegaba a mis pulmones.

Sentía que iba a morir.

Ya era muy tarde y seguro mamá estaba dormida, por lo cual la iba a preocupar mucho, no le había contado sobre los ataques de pánico desde hace mucho tiempo.

No sabía que hacer, mi cuerpo estaba entrando en colapso tanto físico como emocionalmente.

Cómo pude alcancé mi teléfono y llama a Michelle, y al segundo pitido respondió.

—Hola, Maddie ¿Sabes que son las 12am? —su voz sonaba algo adormilada.

—M-michelle n-no puedo r-respirar —no podía hablar muy bien porque literalmente no llegaba aire a mis pulmones.

—¡¿Que pasa Maddie?! —se empezó a desesperar.

—No puedo...

—Maddie estoy contigo, trata de inhalar y exhalar.

Trataba de hacerlo pero no podía.

Michelle volvió a hablar—Maddie se lo que estás pasando, estoy aquí contigo ayudándote, necesito que respires conmigo.

—¡No puedo Michelle, voy a morir! — empecé a sollozar fuertemente.

—Claro que si puedes Maddie, yo confío en ti, vamos a contar nuestras respiraciones.

Ella empezó—Uno, inhala, dos exhala, vamos Maddie cuenta conmigo.

Y empecé—Uno, inhala, dos exhala —estuvimos haciendo eso hasta que pude tranquilizar completamente mi respiración.

Invierno por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora