Capítulo 14

28 1 1
                                    

Maddie

Al estar junto a Nathaniel en ese momento, mirando las estrellas mi cuerpo pudo relajarse y sentí una enorme paz, la forma en la que me sentía en ese instante era difícil de explicar, me sentía a salvo, y solo Nathaniel podía generar eso en mi

Al mirarlo pude notar que el estaba roto, al igual que yo, quería ayudarlo a curar sus heridas, así como el a ayudado a curar las mías.

Hay personas que llegan a tu vida con el plan de ayudarte a poder levantarte, así ellas estén más derrumbadas que tú. Y yo sentía que Nathaniel ya no podía con el mismo. Me acerqué a él decidí darle un abrazo.

Al tener mi cabeza recostada en el hombro de nate, me di cuenta de dos cosas:

1. Lo tanto que necesitaba tener contacto físico con el, aunque sea un roce, lo anhelaba.

2. El había llegado a mi vida, bueno más bien yo lo había encontrado, por alguna razón, los dos complementabamos extremadamente bien, porque los dos nos necesitábamos el uno al otro.

Me separé de el, y lo mire a los ojos lo cuales se le habían cristalizado, una lágrima bajo hasta su barbilla, mi corazón se hizo pequeño al ver a Nathaniel tan vulnerable.

—Nate, aunque todos te abandonen yo seguiré estando aquí siempre.

—Prometelo, Maddie. Promete que no te irás pase lo que pase.

—Mientras que yo siga con vida, mi corazon seguirá sintiendo lo mismo por ti como desde el primer día, mientras yo siga viva mi mente no dejará de pensarte como desde el primer día, y aún así si muriera mi espíritu no dejará de quererte, porque tu has sido mi único amor.

—Toda mi vida tu has sido mi único amor, Maddie.

—¿Toda tu vida? ¿Cómo así?

Escucho un ruido volteo y veo a mamá el porche de la casa.

—¿Chicos que hacen aquí afuera? Es muy tarde, entren.

—Okey, mamá.

Nate se levanta de primero y luego extiende la mano para ayudarme a levantarme, caminamos hasta la casa y pasamos al lado de mamá.

Le digo a mamá que no podíamos dormir, nos prepara un té de manzanilla y de nuevo se va a dormir porque estaba muy cansada. Nate y yo nos quedamos en la sala hablando sobre música y nuestras bandas favoritas, eso hasta que de un momento a otro tenía tanto sueño que no recuerdo más nada.

***

Cuando despierto siento un gran peso en mi espalda porque estaba boca abajo durmiendo, veo a mi alrededor y puedo notar que estoy en la sala de mi casa, no veía Nathaniel ni a mamá por ningún lado. Al querer levantarme no podía porque una sentía que tenía algo pesado en la espalda, me hago a un lado y tumbó lo que sea que tenía en la espalda a un lado del sofá, era Cody, estaba durmiendo como bebé, ese perro tenía el sueño bastante profundo.

Era extraño que un perro tan pequeño de edad— porque de tamaño es gigante — durmiera tanto, pero bueno, deje a Cody en el sofá y me levanté para ver dónde estaban las personas de esta casa, al llegar a la entrada de la cocina escucho voces y risas.

Al parecer se están divirtiendo mucho.

¿Estás celosa de tu mamá?

Obvio no.

Ajá.

Entro a la cocina, y Nathaniel estaba ayudando a mamá a cocinar.

—Vaya, vaya, con que a él si lo dejas cocinar contigo.

Invierno por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora