Bokuto's favorite person

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Advertencia: capítulo largo con un aprox de 2,200 palabras pero compréndanme, es el cap final.

—Créeme bro, Akaashi anda muy raro... ¿y si ya no me quiere? —

Se encontraba hablando con Kuroo por teléfono, eran las 10:00 de la mañana de un sábado y no se había tentado el corazón para llamarlo tan temprano.

Pero hoy es su aniversario, deja de decir tonterías. Ese chico te ama más que nada. —

—Pero.. —

Pero nada, cállate. Tengo que irme— Sin más, colgó.

Estaba sentado en la isla de la cocina, meciendo sus pies mientras se echaba un puñado del cereal de fibra de Akaashi, que por cierto sabía a comida de pájaro, cuando escuchó pasos acercarse.

—Buenos días Bo — sonrió y se sentó al lado suyo. —Quiero que para las ocho estés bien bañado y con tus mejores prendas, te llevaré a cenar.—

—¿Se puede saber a donde? — bajó de la isla y se paró entre las piernas del menor.

—Claro que no, es una sorpresa. — enredó sus brazos en el cuello del otro y comenzó a acariciarle la nuca.
—Es parte de mi regalo. —

Bokuto lo tomó por los muslos haciendo que Akaashi enredara sus piernas en la cintura del mayor. A pesar de que ambos eran altos, de cabello gris le sacaba una diferencia altura y musculatura y el azabache amaba eso. Amaba ponerse sudaderas de Bokuto y que le quedaran un poco grandes.

—No tengo ganas de cocinar, veamos una serie y comemos cereal de galletitas ¿te parece? —

—Pero si no hay de... ¿Dónde lo tienes escondido? —

—En el closet de intendencia... —soltó una risita, pero en la cara de bokuto no había rastro de diversión.

—¿Como pudiste? Sabes el miedo que le tengo a ese armario! — chilló y dejó a akaashi de nuevo en la isla

—¿Porqué me bajas? Llévame a la habitación —

—No, hasta que me devuelvas mi cereal. Todo este mes he tenido que comer ese feo cereal tuyo que sabe a comida de aves, asqueroso — observó a akaashi alejarse y entrar en el closet que tanto temía.

—Es más saludable! — escuchó la voz del peli negro a la distancia hasta que estuvo de nuevo dentro de su campo de visión —Anda, tenemos que seguir Brooklyn 99, el tiempo es oro. —

Bokuto volvió a cargar a Akaashi y de esta manera regresaron a la habitación a ver la serie. Llevaban el cereal de galletas y, como dijo el de cabellos grises, la horrible comida para pájaros de Akaashi.

Duraron todo el día acostados viendo la televisión hasta que Akaashi retomó su plan. En ese rato se aventaron 1 temporada y media casi de brooklyn 99. La habían empezado hace poco y era la serie favorita de ambos.

Sin decir nada se puso de pie y apago el televisor causando un berrido por parte de Bokuto.

—Hey! estaba viendo eso —

—Métete a bañar, ya son las 7:00 y la reservación es a las ocho. —

—¿Te metes conmigo? — lo tomó por la cadera pero este se apartó rápidamente.

—No, ya me bañé en la mañana. En cambio tu, apestas. — hizo el ademán de echarse aire en la nariz y rió. —Tengo que afinar los últimos detalles de mi regalo. Quiero que para las 8:00 estés en el restaurante, te alcanzaré allá. — lo besó cortamente

—Bueno... te veo allá — Akaashi asintió y salió de la habitación.

Tenía que recoger los tulipanes que habían sido un dolor el culo, el pastel y los anillos. Pero antes debía vestirse apropiadamente para la ocasión. Se puso sus mejores prendas y antes de salir del departamento, volvió al closet de intendencia lo más discreto posible y sacó la cajita de terciopelo para echarla en su bolsillo.

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