Favorite Things

Favorite food

No podía recordar cuando fue la última vez que piso un restaurante así de elegante. Akaashi acostumbraba a cocinar o pedir comida rápida.

Se encontraba con Kenma, en una búsqueda del mejor restaurante de Yakiniku, la comida favorita de Bokuto. Habían recorrido gran parte de la ciudad tratando de encontrar algo decente hasta que al teñido se le prendió el foco.

—Una vez con Kuroo vinimos a cenar, es la mejor carne que he comido. — mencionó mientras esperaban su turno para ser atendidos.

—Me siento tan fuera de lugar... —sacudió su sudadera y se sentó en un sillón.

Pasaron algunos minutos y un señor canoso trajeado se paró detrás de una especie de podio que se encontraba frente ambos chicos.

—Buen día ¿que se les ofrece? —

—Quiero hacer una reservación, para el sábado de ésta semana. —

—¿A nombre de quien y para cuántas personas sería? — comenzó a anotar cosas en una agenda

—Bokuto Koutaro, para dos personas. Por favor, ¿podría darme su mesa más privada? Es una ocasión especial, claro solo si está disponible... —

—Con mucho gusto, joven — sonrió y continuó escribiendo cosas —Ya quedó, solo acláreme que hora sería, por favor.—

—Oh, es... sería a las 8:00 —

—Excelente, eso es todo. — 

Ambos agradecieron y dejaron el lugar.

Era lunes, inicio de semana y faltaban solo 5 días para el día. Debía conseguir el último regalo faltante a la de ya o se quedaría sin nada. Ya lo tenía bien visualizado solo faltaba encontrarlo.

De regreso compraron unos helados y después de un relativamente corto camino Akaashi se encontraba de vuelta en casa, donde un ansioso Bokuto lo esperaba en la sala. Kenma lo había acompañado hasta su departamento ya que el edificio donde el vivía se encontraba a algunas cuantas cuadras.

—¿Saliste con Kenma? ¿A donde fueron? —

—Hola, Akaashi, ya regresaste. Te extrañé — habló sarcásticamente mientras dejaba las llaves colgadas al lado de la puerta.

—Akaaaashi — hizo puchero —claro que te extrañé, últimamente sales mucho sin mí. —

—Salí con Kenma, lo acompañé a comprar algunos libros para la universidad. Seguro te hubieras aburrido... —

Se acercó al menor y lo tomó por los hombros, acariciando estos —Contigo nada es aburrido Kei. Jamás —

Akaashi se sonrojó y le dio un rápido beso. El amor que le tenia a Bokuto era otra cosa. Simplemente lo amaba tanto que lograba asustarlo. Tenía un diamante a su lado.

—Tenía tarea que hacer pero ¿te apetece ver una peli juntos? — lo tomó de la mano y comenzaron a caminar hacia la habitación que compartían.

—Pero esta vez si la vemos ehhhh— alzó una ceja y le picó las costillas, provocando una risa en el azabache.

—Oh dios, cállate. No digas esas cosas — lo señalo con el dedo a modo de regaño y ambos rieron.

Apagaron las luces y se tumbaron en la cama. Decidieron ver Enredados, la favorita de Bokuto. Se taparon con una cómoda manta azul mientras comían palomitas que Akaashi había ido a preparar.

Estos eran los momentos que Bokuto adoraba más, estar a solas con su chico encapsulados en su pequeño mundo. Sin nada ni nadie que los moleste. No pedía más que tenerlo siempre a su lado.