°«Un Nuevo Entrenamiento»° [ KyoTan ]

CAPÍTULO XIV

Tanjiro tenía su mente repleta de cosas sin sentido.

Kyojuro había dicho que Shinobu era muy buena en eso, ¿osea quería decir que... Ya lo había echo con ella?

Todo el placer que estaba sintiendo desapareció al escuchar aquello.

—Ella y yo tuvimos-

—No se preocupe, ya lo sé Rengoku-San —Lo interrumpe Kamado —Sólo continúe —Agrega y cierra sus ojos dejando que el pilar haga lo que quiera. No preguntó ni habló más.

Kyojuro le restó importancia a ello y bajó su rostro a la altura del miembro del menor, empezando a desabrochar su pantalón rápidamente. Al quitarlo completamente pudo observar lo duro que estaba, y con una sonrisa empezo a lamer los costados, yendo de abajo hacia arriba dando leves mordidas por su al rededor. Tanjiro no podía controlar a su cuerpo, así que inconscientemente fue disfrutando aquello. Su miembro estaba siendo chupado agilmente, Kyojuro, lo estaba introduciendo en toda su boca, no podía retener los sonidos de su boca, y empezó a taparsela con ambas manos. Algo se estaba avecinando con intensidad y Tanjiro estaba totalmente nervioso que no tuvo tiempo de avisar.

—¡Mira! —Dice el mayor mirándolo fijamente —Tienes un sabor raro —Agrega abriendo su boca y mostrando el semen que se había quedado en ella. —¡Mañana mismo te traeré muchas piñas!

—¡Rengoku-San! ¡No haga eso! —Le grita el menor muy avergonzado. Kyojuro ríe ante eso y empieza a morder levemente su cuello dejando algunos chupetones. Dirige dos de sus dedos a la boca del menor y hace que éste los chupara, dejando toda su saliva en ellos.

Tanjiro no entendía a dónde quería llegar, pero debían terminar lo que habían empezado. Apretó sus manos en las mantas nuevamente al sentir algo moverse en su interior, y arqueo su espalda tras ello. Se sentía demasiado extraño e incómodo tener algo moviéndose dentro de sí, pero Kyojuro lo relajó acariciando sus mejillas. Él estaba experimentando cosas nuevas también, y le encantaba ver las expresiones que ponía Kamado en el proceso, más aún cuándo apretaba una parte específicamente, Tanjiro sentía que moriría por todo ello.

Tras unos cuántos minutos más de preparación, Kyojuro se había dado cuenta de lo sensible que era el cuerpo bajo suyo. Roces y caricias hacían estremecerlo, y también había empezado a botar leves lágrimas ante el placer. No era nada malo, pero hizo que ya no pudiera contenerse más.

Abrió las piernas del menor colocandolas en sus costados y alineó su miembro con su entrada.

Pensaba no darle aviso de que iba entrar en él para tomarlo desprevenido, pero recordando lo de Shinobu, y lo mucho que dolía ese momento, no quería mostrarse desesperado.

—Entraré, tendrás que aguantar... —Suelta entre jadeos, y al instante va introduciendo la punta de su miembro en el menor, quien fuertemente apretaba las mantas debajo suyo.