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- Wow, un vampiro enamorado. - recarga todo su peso en el respaldo del auto, la ventana abierta junto a él permite que el viento le agite el cabello. - como quisiera poder embriagarme fácilmente. -

- ¿Qué? ¿eso es todo? - pregunto alterado.

- No tengo más que decir, digo, jamás escuche algo igual, somos seres donde el contacto más íntimo es el sexo y no requiere emociones, pero que tu estés enamorado es muy raro y agradable también, te lo mereces. - asegura sonriéndome de lado.

- Estoy asustado. - confieso mirando el camino frente a nosotros.

- Lo sé, pero es algo nuevo que no te puedes privar de tener. – coloca su mano sobre mi cabeza.

- Voy a romperle el corazón. - afirmo muy seguro de eso. - va a vivir una desastrosa tormenta destructiva y tiene novia. - suspiro con total agobio.

- Tan anciano y llorón. - ironiza. - cállate y actúa, no sabes que sucederá, siempre vez el futuro antes de llegar al hoy, además se sonrojo por ti, es obvio que aceleras su corazón. Solo llega a él. - me peina el cabello. - siempre quise que llegara el momento en el que le entregaras el corazón a alguien, se tardó cientos de años, pero llego tu oportunidad. -

- ¿y si me aborrece? - murmuro.

- Lo matare-

- ¡Oye! - reprocho. - gracias.

De regreso a casa todo es un desastre, porque dejar a esos niños sueltos siempre es muy peligroso, en el recibidor hay una enorme ventilación que hace a Doyoung ponerse más pálido de lo que siempre esta, aprieta el volante enojado haciéndolo rechinar, que casi puedo ver las flamas en sus ojos. Me rio de la situación tan estúpida.

Luego de tomar nuestra merienda, voy a ver a mis mascotas, sé que es estúpido que un vampiro tenga animales, pero creo que llenaban mi vacío existencial, además de que eran muy lindas. Cuando me subo las mangas de la camiseta, noto su número un poco borroso, nuevamente siento esa sensación agradable.

¿Sería prudente llamarle? ¿o seria completamente incomodó para él? Quizá ni siquiera le importara que le habla con tal de que le diera información de Yuta. Camino hasta la fuente del jardín rodeada de un monto de plantas más, me siento sobre la orilla debatiéndome si hacerlo o no. De igual manera debo volver a entrar, ya que no teníamos con quien hablar solo teníamos teléfono dentro, no es que estuviéramos peleados con la tecnología, la usábamos, pero era un poco impráctico un celular cuando siempre estábamos juntos.

Llamar o no llamar. Vamos Taeyong eres un vampiro de cientos de años, que te aterra de hablar con un humano que te agita el corazón y te altera la mente. Maldición, nunca pensé ser cobarde, nunca lo fui, entonces porque ahora que de verdad lo quiero me cuesta tanto lograrlo.

Mordiéndome la uña del pulgar tomo una decisión. Lo hare, lo hare. Me levanto de un salto caminando dentro, decidido a hacerlo. En la sala Mark y Haechan tienen un duelo am muerte en un videojuego, ambos saltan de un lado a otro, metidos totalmente en sus papeles. Me dirijo al estudio que es donde está el teléfono inalámbrico, pero no está. Con odio hacia el mundo salgo sin ánimos de nada, pero entonces recuerdo que Doyung hablo con nuestro abogado ayer. Camino rápidamente a las escaleras subiéndolas para ir a la habitación del ladrón de teléfonos. Lo encuentro sobre su sillón favorito mirando sus novelas, me mira con desagrado.

- ¿Qué se te perdió? - regresa la mirada a la pantalla.

- ¿tienes el teléfono? - pregunto acercándome a él, me siento a su lado, viendo a los actores discutiendo dramáticamente.

SEDIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora