06

93 17 0
                                    


Le seguí rápidamente porque a pesar de conocerle hace poco podía leerlo perfectamente. Odiaba los lugares con humanos escandalosas y a pesar de que antes podría verlo como un beneficio ahora me estorbaban; encontré a Jae en el jardín meciéndose en un columpio, tenía la mirada en el suelo y lucio abatido.

Me acerque lentamente hasta él, le toque el hombro lentamente haciéndolo sobresaltarse, inmediatamente al verme aparto la vista nuevamente hiriéndome ¿era yo el problema?

- Jae. - pronuncie su nombre en un murmuro suplicante

El suspiro.

- Te amo demasiado. - dijo con dolor. - siento que no soy sufriente para ti, un humano al que solo paseas de un lado a otro, eso soy. Todos lo creen. – sus manos se aferran a las cadenas del columpio.

- ¿eso piensas? - pregunto herido cruzándome de brazos. – yo debería decir eso, voy a donde vayas, como tu sobra, pero eso no me ofende, me da un honor que me alegro no todos puedan tener. – sonríe ligeramente. - Dime, ¿Cuándo te dije que no eras suficiente? - tomo el columpio girándolo para que quede de frente. - Jae. - el me mira entre furioso y avergonzado.

- No necesitas decirlo, lo sé. Solo soy un humano universitario que no tienen un trabajo fijo y vive con un compañero, no soy suficiente, Johnny lo cree, mis compañeros lo creen, tus amigos vampiros lo creen. – presiona los labios conteniendo sus emociones.

- Mis amigos creen que eres un ángel bajado del cielo que me regrese el corazón. – me da una mirada incrédula. - Es verdad. Sobre Johnny sé que es importante para ti, pero no sabe nada, ni siquiera me conoce y tus amigos, perdóname, pero no importan. Estoy enamorado de ti, asi que no pongas esas palabras en mi boca o te refieras de esa forma sobre ti, estoy muy orgulloso de poder llamarte mío. - un puchero se pone en sus labios.

- ¿aun te alimentas de quien se te ofrezca? Porque eso también me ofende y mucho. - sus ojos son retadores cuando nuestras miradas se cruzan.

- Jaehyun. - reprendo. - ya hablamos sobre esto, no voy a alimentarme de ti y no, no lo hago, Doyoung consiguió que le vendieran sangre del hospital. No sé qué tienen que ver eso. –doy un paso atrás ahora siendo quien aparta la mirada.

Él se levanta del columpio.

- ¿Qué tienen que ver? Quiero besarte, todo el tiempo, pero huyes o evitas que pase. Eres mi novio, pero siento que no me das los privilegios de un novio, ¿sabes? - le miro con la ceja enarcada. - sabes cuales, besarte e ir a tu casa son solo algunos. ¿Aun piensas que te temo? - se cruza de brazos.

- No es eso Jae, me asusta que al besarte quiera morderte... y no logre controlarme, si te daño seria horrible, he vivido un infierno, perderte seria aun peor. – intento explicar.

Su rostro se vuelve serio.

- No soy tan delicado, he tenido conocimiento de que podría ser una opción, el que quieras beber de mí y no me importa, porque te amo, yo elegí que me amaras. - no puedo evitar sonreír y reír ante sus palabras. Me mira mal.

- Te amo Jae, muchísimo. Por favor vuelve a poner tus hoyuelos. - me acerco abrazándole.

Sus brazos me rodean aceptándome.

- Deja de decir tonterías, hablo en serio, piensas que soy un niño. - se queja.

- No es asi, es que si te beso me gustaría que fuera contigo estando feliz, no molesto y pensando en cómo matarme. - nos separamos un poco, quedando a pocos centímetros.

SEDIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora