04

114 17 0
                                    


- No es triste, pero no puedo enseñártela, tienen dueño. - me sonríe con diversión. - tengo una cita, dime a donde llevan los humanos a los humanos en una cita. - junto mis manos en una súplica.

- ¿Qué, asi de la nada? ¿dime que paso? - se desespera conmigo.

Le sonrió antes de contarle todo lo que paso, recibo burlas por mis torpes acciones, pero que me escuche con tanto interés me hace recordar a nuestra niñez, cuando me dijo que quería irse al teatro y yo le seguí para ayudarlo en lo que podía, ese momento donde arruine nuestras vidas por odio.

Dejando el momento trágico de lado, sorpresivamente, mi amigo es muy bueno en dar concejos de amor, supongo que ver y leer tantas novelas le debió haber dejado algún conocimiento de utilidad para ocasiones como estas. El me ayudo a escoger el atuendo que mejor se ajustara y me hiciera parecer un humano común, como dijo, que te haga ver, "atractivamente normal, pero también como un rompecorazones, asi sabrá que debe tomar la oportunidad contigo y no dejarte ir", me aseguro que me daría una oportunidad con eso, después, buscamos reseñas en internet de restaurantes donde lo pudiera llevar o cafés, pero tuvimos que pensarlo un largo rato porque yo no como mucha comida humana y seguro se le haría raro, eso.

Doyoung me peina el flequillo nuevamente por milésima ves.

- Mamá, creo que ya está. - le reprocho con sarcasmo.

- Cállate, intento que te veas humano tonto, asi tu noviecito humano seguro se enamora. - se aleja mirándome se pone un dedo en la barbilla pensativo. - creo que das el ancho. Estas guapo. - estira la mano para intentar tocar mi cabello de nuevo.

- ¡ya! - grito evitándolo. - se me va a hacer tarde. - busco mi reloj para estar al pendiente de la hora.

- ¿se los dirás? Me refiero a los chicos. - se sienta frente a mi escritorio.

Suspiro.

- Quiero hacerlo, pero no sé cómo reaccionara, lo que haga uno afecta a todos. Asi que déjame ver primero como va esta cita, si sale bien, se los diré por la noche. - me pongo la chaqueta para asegurarme que proteja mi piel.

- Está bien, cuando bajes diles que iras a la productora. Hagamos un repaso, ¿llevas la dirección? - comienza levantando un dedo.

- Si. -

- ¿sabes la opción de carta si te pregunta que pedir?

- Si. -

- ¿llevas las llaves del auto? -

- Si. -

- ¿sabes cómo llegar a la universidad? -

- Si...no.-

- ¿Qué? ¿Cómo qué no? - se gira buscando rápidamente la dirección anotándola en un papel. - ve bien el mapa. Creo que debemos comprar un celular, mientras vas a tu cita iré al centro comercial con los demás. - dice levantándose y entregándome la nota con la dirección.

- Bueno, los paso a dejar, luego vuelvan en taxi, no les vaya a dar el sol. - nos miramos y reímos.

- Creo que es la plática más humana que hemos tenido nunca. - dice riendo.

Llevarlos al centro comercial fue una odisea, entre los reproches de Yuta por no poder salir y Haechan no logrando decidir si quería vestir cómodamente o decentemente, fue todo un trabajo. La verdad es que casi no salíamos, comprábamos cosas para limpiar o cosas sin sentido de vez en cuando, pero rara vez salíamos por diversión, en casa teníamos prácticamente todo, a menos que existiera una obra de teatro o musical, allí si asistíamos, de allí en fuera realizábamos todo en nuestro gran hogar. O claro que tuviéramos que alimentarnos, si recurríamos a asistir a lugares concurridos, como fiestas o centros nocturnos.

SEDIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora