Final

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Este beso es diferente a los anteriores, es abriendo y apasionado, su mano se desliza por mi cuello entrando a mi camisa, separa nuestros labios besándome por la barbilla hasta el cuello, se lo que quiere, pero no puedo. Le aprieto de la cintura separándome un poco de sus labios que buscan más contacto, me mira de mala manera, frunciendo el ceño.

- No deberíamos hacerlo Jae. - niego con la cabeza sin romper nuestro contacto visual.

- ¿Por qué no? No estoy asustado. - me toma del cuello de la camisa jalándome hacia él, tomo su mano deteniéndole.

- No es eso. - aseguro.

- ¿Entonces qué es? Dímelo. – pide.

Me muerdo el labio nervioso y avergonzado.

- Si lo hacemos... querré beber tu sangre. No confió en mí, la he deseado demasiado, no podría parar. - confieso suspirando.

- Bien, puedes hacerlo. - no hay duda en sus palabras. - siempre y cuando me dejes ser humano un poco más. - sonríe. - No protestes, déjame cuidar de ti, está bien si por una vez no debes cuidar de mí. - me acerca a él. - déjame amarte. - me besa nuevamente.

Me recuesta sobre la cama colocándose sobre mi... 


>Ya las vi sucias, si esperaban escenas +18 no hay😜  <


Me recuesta sobre la cama colocándose sobre mí, mientras se desase de nuestra ropa. Por primera vez el acto no era desagradable, su piel contra la mía y sus dulces labios eran una agonía que cruelmente destruía mi mundo, pero a la vez me llevaba al paraíso que un monstro como yo jamás pensó pisar. Cuando mis colmillos rompen su piel y su sangre toca mis labios un electrizante sentimiento surge perdurando mientras se desliza por mi garganta en una sensación extasiante. Esa tarde juro que por primera vez me sentí capaz de expiar mis pecados mientras sostenía a ese ángel junto a mí. ¿Cómo no desear a este ser? Cuando amarlo me daba vida nuevamente y aunque sabía que el corría peligro entregándome no solo su sangre si no su alma, egoístamente desee destruirlo como lo estaba haciendo conmigo, porque el destruyo mi realidad para formar una nueva donde sin su existencia me sentía a la deriva.

Esa noche durmió en mi cama, bajo mi techo y espere tenerlo asi una eternidad, pero sabía que él no lo deseaba igual, mi chico quería vivir una vida larga y cómoda siendo humano, asi que me jure darle eso, apartando lo que yo quería, porque condenarlo a una existencia miserable como la mía, era horroroso solo de pensarlo, asi que solo puedo cuidarlo entre sueños besando su cabello revuelto, velando por su pacifico descanso.

Cuando el sol toca la ventana le beso suavemente en la mejilla como despedida para ir a comprarle un desayuno decente, que claro en mi casa jamás encontraría. Me visto silenciosamente evitando despertarle.

Cuando salgo mis compañeros están haciendo sus respectivas actividades. Le pido a Haechan que no haga ruido con el piano por Jae, el asiente sonriéndome. Mark prende la televisión de la sala principal, mirando los programas que salen, su diversión causa que casi se carcajee, pero lo evito porque mi buen amigo es muy escandaloso, me mira apenado solo asintiendo.

Doyoung es quien se ofrece a acompañarme por un alimento decente para mi chico. Una vez en el auto no puedo evitar ser su espectador mientras canta a todo volumen canciones que ni siquiera sabía que conocía. Extrañamente está más animado que de costumbre, pero eso me alegra demasiado también.

- Él es muy dulce, es amble y te quiere, me gusta. - dice sonriendo, el viento agita su cabello. – ¿has hablado con él, sobre... ya sabes? No quiero presionarte es solo que no quiero verte al borde otra vez. - me palmea la cabeza.

SEDIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora