"...Los primeros meses luego de roto el vinculo era tal el dolor que sentía que no podía respirar, como si su caja torácica se rompiera y su corazón se comprimiera. Lloro hasta que sus ojos no pudieron derramar mas lagrimas..."
Izuku es un alfa que...
Domingo con "D" de doble actualización (ﾉ◕ヮ◕)ﾉ*:･ﾟ✧
Katsuki sentía que estaba por morir. Sus músculos se contraían con tanta fuerza que sentía como si sus huesos estuvieran a punto de romperse. Se retorcía en la cama de dolor, su cuerpo estaba bañado en sudor frio. Quien iba a decir que pasar por abstinencia iba a ser tan putamente doloroso.
Con el paso de los días su necesidad urgente por sustancias ilegales iba disminuyendo. Su cuerpo ganaba fuerza, sus mejillas comenzaban a llenarse. Luego de los primeros tortuosos días, la vida del omega trascurría tranquilamente, se dejaba mimar por las enfermeras, que llegaban con enormes bandejas llenas de deliciosa comida.
Sus signos vitales eran controlados diariamente y nadie lo molestaba por lo que decidió quedarse tranquilo, lograr recuperarse y así escapar de ahí.
Su visitante regular no se hizo esperar. Por la puerta entro el alfa pelirrojo de todos sus calvarios.
-Cachorrito, se te ve muy bien hoy- exclamo feliz el alfa.
-¿Por qué todos me tratan como si fuera tu pareja?- pregunto tajante el omega.
- Bueno cachorrito a pesar de ser el jefe aquí, tengo que dar muchas explicaciones a mis subordinados de alto rango. No sabia que excusa inventar para meter un simple prostituto a las instalaciones privadas destinadas solo a la elite de la organización.- Se rosco la nuca pensativo.
-Gracias por lo de puto de cuarta- dijo irónico el mas joven.
- Para los que trabajan aquí eres mi compañero y nadie tiene el derecho ni siquiera de mirarte- sonrió el alfa
El omega se quedo pensativo, sabia que había caído en las manos de la mafia pero no con el puto jefe de esta. Tenia que pensar muy bien sus pasos si quería huir y no morir en el intento.
-Así que ¿Señor Kirishima? ¿No?- pregunto el rubio, tratando de obtener información.
-Así es, Señor Kirishima Eijiro. Puedes llamarme como quieras. ¿No te lo había dicho ya?- se cuestiono el pelirrojo.
-La verdad no hemos tenido el tiempo de tener una charla de amigos y tomar una taza de té- contesto irónico el rubio.
-Lo se, lo se. He sido un poco rudo contigo pero así es el negocio, no puedo ser blando frente a un lindo omega. Además tu te ganaste todo esto. Ser atendido, curado y mimado.- continuo.
-Son pocos los omega que han tenido el valor de hacerme frente. Con el tiempo todos dejan de luchar y se lanzan a mis brazos cuando me ven entrar. Pero tu siempre luchaste, a pesar de todas las torturas a que te sometí tratando de doblegarte nunca lo logre. Mírate siempre tienes una respuesta que dar y jamás vas a agachar la cabeza ante mi. Eso me gusta.- concluyo el alfa.
- Eses un puto demente pervertido- contesto el omega indignado.
Kirishima comenzó a reír descontroladamente. Se acerco al contrario y lo tomo por el mentón.
-Haces que me gustes cada vez mas. Te cogería ahora mismo si no fuera que el medico me dijo que no lo hiciera por un tiempo.-
-Piénsalo bien cachorrito, tienes la suerte de haber cautivado al rey aquí. Si te portas bien puedes ser la reina que dirija este panal.- El alfa acerco sus labios a centímetros del contrario.
Katsuki cerro la distancia que los separaba atrapando los labios del contrario con los suyos. Un demandante beso se desato, ambos exploraban la boca del contrario con sus lenguas. El omega libero sus feromonas haciendo al alfa temblar. Nunca antes las había usado pero si quería ganarse su confianza debía usar todas sus herramientas.
El alfa gimió necesitado cuando el contrario termino el beso mordiendo con fuerza su labio inferior. Kirishima alzo al omega el cual cruzo sus piernas por la cintura del alfa y los brazos por su cuello.
Nuevamente sus labios se encontraron aún más demandaste, más salvajes. Sus lenguas luchaban humeras mezclando la saliva de ambos. El alfa golpeo la espalda del omega contra la pared mas cercana y comenzó a frotar su necesitada entrepierna con la contraria.
A la mierda la recomendación del medico, iba a hacer suyo a ese omega, lo iba a llenar de su esencia hasta que estuviera seguro de dejarlo embarazado.
Las prendas comenzaban a desaparecer, hasta que el celular de Kirishima comenzó a sonar. Quiso ignorarlo pero este seguía y seguía sonando. Furioso bajo al omega y tomo su celular.
-¡Mas te vales que sea algo importante de lo contrario vas a terminar con una bala en tu cabeza!- respondió el llamado enfurecido.
Katsuki no pudo escuchar la conversación, por lo que se dedico a acomodar su ropa y limpiar la saliva de su cara.
-Lo siento cachorrito tengo que irme, enviare a alguien por ti.- El alfa se despidió dejando un beso en la mejilla del contrario.
Estaba hecho, Katsuki se había ganado la confianza del mafioso. Ahora solo quedaba buscar la manera de escapar...
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