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El hecho que YoonGi pudiera leer su mente le ayudaba a poder expresar sus dudas sin tener que formarlas, ya que al parecer, había perdido la capacidad del habla en el momento en el que había caído bajo el hechizo del alfa pantera

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El hecho que YoonGi pudiera leer su mente le ayudaba a poder expresar sus dudas sin tener que formarlas, ya que al parecer, había perdido la capacidad del habla en el momento en el que había caído bajo el hechizo del alfa pantera.

—¡N-no es cierto! — se negó, incapaz de creer lo que el sujeto a espaldas suyas le decía.

Min rió profundamente mientras su alfa continuaba acechando, esperando la oportunidad para poder enterrar sus garras en su dulce presa.

El oscuro sonido hizo eco en su mente y volvió a reprocharse su creciente debilidad por el cambia formas que estaba respirando en su nuca.

— ¡Bien! — el pelinegro asintió. — Sí no me crees, ahí está la puerta. — le señaló.

Estaba claro que estaba mintiéndole.

YoonGi sería incapaz de dejarle cruzar por allí y mucho menos en ese estado, pero esperaba que sus palabras pudieran darle cierta tranquilidad al pequeño rubio que se encontraba entre sus brazos.

Nada como una falsa calma para creer que podían manejar la situación.

El magnífico omega tenía afilados sus colmillos. Algo digno de su respeto, y para que negar, le encendía por igual.

Además, Min no tenía necesidad de forzar al rubio.

Jamás lo había hecho ni tampoco le haría falta.

Su omega terminaría rogándole que lo posea.

JiMin tragó grueso al escuchar la declaración del alfa pantera, sintiendo un nuevo escalofrío recorrer su cuerpo. Todas sus alarmas estaban encendidas tratando de descubrir el truco detrás de toda esa escena.

Miró hacía el frente, encontrándose con el reflejo de una penetrante mirada que no dejaba entrever nada más allá del profundo deseo de fundirse en su interior.

El feroz hombre le estaba desafiando a que le dejara. JiMin no le daría el gusto de ver cuanto realmente estaba afectándole su presencia.

— Bien. — aceptó el reto. Tomó una gran respiración antes de levantar sus brazos por encima del agua y colocarlos en los bordes la bañera. Cuando creyó que había reunido las fuerzas suficientes como para ponerse de pie, tomó impulso y dejó al alfa extrañando el contacto de su piel. — ¡Me largo de aquí!

YoonGi levantó una de sus cejas en señal de sorpresa. Se suponía que horas antes había estado a punto de desfallecer producto del calor y la falta de alguien que pudiera ayudarlo, y ahora que estaba tan solo un poco recuperado, ¡Quería salir corriendo en vez de aceptar que se moría del deseo!

¿Quién se creía que era ese simple mortal para desafiar a la naturaleza misma?

Este bello espécimen estaba atrayéndole de maneras que nadie antes lo había hecho.

Animals | YM | Omegaverse (Adap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora