Min YoonGi, alfa líder de la manada de cambia formas panteras nunca se imaginó que un viaje de negocios de rutina atrajera a un sinfín de personas que estaban detrás de un simple mortal. Porque a pesar del contoneo brutal de caderas, piernas firmes...
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El alfa no mentía al haber dicho esas palabras. La noche apenas y estaba comenzando cuando tomó al omega por sus firmes caderas, posicionando su miembro en la entrada del rubio.
JiMin gritó al sentir cómo el mayor se deslizaba con gran facilidad en su interior. Está vez fue mucho más lento, permitiéndose besarle con mayor ternura.
YoonGi atrajo el cuerpo del omega más contra si mismo, necesitando el contacto con su nivea piel, mientras que el menor se encontraba en su propia nebulosa gracias al alfa.
No podía creer lo afortunado que era de haber podido encontrar a alguien que comprendiera lo que realmente tanto había anhelado: alguien que pudiera ahorcarlo y luego acariciarlo.
El alfa sonrió sobre sus labios, negando levemente ante los pensamientos del omega.
El rubio podría haberse sonrojado de no ser por todo lo que habían hecho en esas mismas sábanas.
— Tómalo como un comienzo... — le habló en su mente.
JiMin se apartó unos centímetros, totalmente sorprendido de sentir la voz del Min en su cabeza.
— Te acostumbrarás con el tiempo. — prometió — Además, tú también puedes hacerlo. — indicó — Llevas mi marca en tu cuerpo, — le explicó cómo si fuera lo más sencillo del mundo, a la par que tomaba sus labios como lo más preciado del universo — Es natural que eso suceda.
El menor gimió ante la demanda del Min. — Presumido. — bramó, mientras chupaba el belfo inferior del alfa.
El pelinegro no pudo evitar formar una sonrisa en sus labios. El omega acababa de hacer uso de una conexión ancestral entre los de su especie y lo primero que hacía era insultarlo.
— Tal vez...— respondió con seguridad, para luego seguir explorando su boca lentamente, a la par que comenzaba a mover sus caderas en un suave compás.
Park cortó el beso para poder respirar profundamente, inmerso en el éxtasis de ser llenado por el alfa. Se permitió disfrutar del momento, alejando todas las preguntas que tenía, principalmente sobre a qué se refería cuando le llamaba omega y sobre porqué este salvaje le había mordido de esa manera y porqué estaba deseando que volviera a hacerlo.
YoonGi gruñó satisfecho de saber cuánto le había gustado al omega recibir su marca. En respuesta, aferró aún más sus caderas, apretando lo suficiente como para que sus dedos dejaran sus huellas en la nívea piel del Park.
Por su parte, JiMin se sentía poderoso al tomar las riendas de la montura sobre el Min. El omega empujó al alfa sobre la cama y marcó el ritmo de los embistes, sumergiendo a ambos en un ambiente de lujuria mezclado con la potente fragancia de sus aromas combinados.
Ambos entrelazaron sus manos, hipnotizados en la mirada del otro.
El alfa tironeó de el con suavidad, juntando sus pechos, para así tener al menor más cerca de sí, y poder reclamar sus labios nuevamente.