Min YoonGi, alfa líder de la manada de cambia formas panteras nunca se imaginó que un viaje de negocios de rutina atrajera a un sinfín de personas que estaban detrás de un simple mortal. Porque a pesar del contoneo brutal de caderas, piernas firmes...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El fuerte rugido de una pantera hizo que abriera sus ojos, notando el mullido pasto que envolvía su cuerpo, dándole gran confort.
JiMin trató de recuperarse del suelo lentamente, mirando a su alrededor en el proceso y buscando al causante de su lucidez.
Prontamente pudo encontrar a un felino agazapado entre las copas de un árbol, mirándole a una distancia prudente.
Su primer instinto fue pensar que se trataba del alfa a quién tanto anhelaba encontrar, pero descartó rápidamente esa idea al notar que el animal se ponía de pie, mostrando las dimensiones de su cuerpo.
La pantera que continuaba observándole era ampliamente más pequeña de lo que recordaba que había sido YoonGi cuando ambos habían fundido sus cuerpos sin cesar durante días.
El felino le miraba atento a todos sus movimientos, así como también él lo hacía.
Pensó en correr pero algo adentro suyo le daba la tranquilidad de saber que el animal no le causaría ningún daño.
Lentamente, JiMin fue acercándose hacía el ser que continuaba agazapado en lo alto de una rama, sintiendo que cada paso era uno más hacía un destino del que probablemente no tendría retorno a lo que había sido una vez su vida.
Cada centímetro que se acercaba a la pantera, podía sentir como los dejes de sus días anteriores comenzaban a quedar atrás.
Los recuerdos de los días compartidos con NamJoon, sus primeras travesuras, juegos, estafas, caricias y noches que habían aprovechado juntos, así como también las personas que había conocido a lo largo de toda su existencia comenzaban a borronearse en conjunto con el paisaje, dejando sólo al animal que mantenía su mirada fija en él.
Durante un instante, el pelinaranja se quedó estático, mirando lo que iba dejando hacía atrás, sintiendo el vacío que comenzaba a formarse en su pecho.
Un nuevo rugido salió del pecho de la pantera, como sí de alguna manera le alentara a continuar con su paso.
JiMin respiró profundamente y volteó su cabeza, mirando nuevamente hacía el frente mientras sostenía su vientre.
Sí tenía que dejar todo atrás para continuar con su vida actual, ¡Lo haría sin pensarlo dos veces!
A lo único a lo que no estaba dispuesto a renunciar era a la nueva vida que estaba gestándose en su interior y al alfa que le había demostrado todo un universo de colores con su mera presencia.
YoonGi había logrado darle identidad y pertenencia.
Él era Park JiMin, último omega de la manada de cambia formas pantera y le pertenecía a su alfa, Min YoonGi.
La pantera se agitó al compás de sus pensamientos y dio un rápido salto hasta donde se encontraba el pelinaranja.
Ambos cruzaron miradas de aceptación, compromiso y confianza.