Siete: El verdadero enemigo

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Avanzaba lo más rápido que podía, volteando cada tanto para lanzar ráfagas de poder al dejar de sentir la presencia de aquel individuo tan extraño

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Avanzaba lo más rápido que podía, volteando cada tanto para lanzar ráfagas de poder al dejar de sentir la presencia de aquel individuo tan extraño. Desde hace unos minutos se percató de como las presencias de Trunks, Vegeta y los otros se habían quedado atrás, al no poder seguirles el paso.

Atravesó la ciudad por completo, el desierto y una gran parte del bosque; ahora se encontraba por las montañas dónde había algunos pueblos, intentando buscar un escondite. La adrenalina en su cuerpo comenzaba a ser dolorosa, no le agradaba la sensación de peligro que le obligaba a huir; pero, por Kami-sama, de verdad tenía miedo. Jamás había tenido un combate real, ¿cómo podría enfrentarse a alguien que puede absorber el poder ajeno con sólo clavarte el aguijón? Le recordaba a Maki Gero, pero más letal.

Observando el camino, notó como un azabache y una rubia salían con una notable expresión de fastidio de una de las casas en las montañas. Creyó que sus ojos la engañaban, pero al revisar su base de datos, se percató que atravesaba la montaña Paoz; dónde Son Goku vivía. Por más que lo dudase, descendió con rapidez frente a ellos. Calculó mal y terminó formando un cráter bajo sus pies, los cuales temblaron ligeramente.

—¡Lapis, Lázuli! —clamó al verlos—. Por Kami-sama, es un milagro encontrarlos en éste momento.

La rubia la miraba con gran desagrado, analizando cada parte de su nueva vestimenta que considero horrible. Diecisiete ocultó la sorpresa de verla ahí, pero mantuvo las manos dentro de sus jeans, como la última vez.

—¿Ahora qué quieres? —Dieciocho fue la primera en hablar, cansada de sus interminables encuentros—. Goku no está aquí, así que espero que vengas a decirnos dónde los escondieron.

No era la única cansada de ello, Asuka también quería evitarlo lo más posible, sobre todo porque un monstruo que absorbe energía se encuentra tras ellos.

—Lázuli escúchame un momento, por favor. —suplicó, uniendo sus manos—. Es de extrema urgencia, ¡nuestras vidas corren peligro!

Escuchó la risa de Lapis, no, ¿por qué en un momento como éste? Se giró levemente, para confirmar que Cell aún no la encontraba.

—¿Nuestras vidas corren peligro? —interrogó con burla—. Te das cuenta de lo fuertes que somos, ¿no, Número Diecinueve?

De verdad odiaba el sonido de ese número salir de los labios de Lapis. Le hacía sentir que ya no era importante en su vida, que todo lo vivido se había quedado atrás.

—¡Olvídense de eso! —dijo fuerte, casi gritando. Diecisiete dejó de sonreír, su hermana elevó una ceja, notando que probablemente deberían escuchar lo que intentaba decirles—. Un monstruo atacó Corporación Capsula cuándo se dio cuenta de que yo me encontraba ahí. —explicó, el ceño del azabache se frunció sin darse cuenta—. No escuché mucho, puesto que Trunks y los otros intentaron protegerme, pero, él planea absorbernos a ti, —señaló a Dieciocho—, a Diecisiete y a mí. Yo vi como robó el poder de Piccolo hasta casi matarlo con su aguijón.

Reparando los errores del pasado [Dragon Ball]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora