Cap.10: Suerte de porquería

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Jsjsjsjsj a que no se lo esperaban uwu

Recuerdo haber prometido tres capítulos de esta historia xd así que les traigo, como quien dice, dos en uno xd ya que es el doble, según yo, de lo que normalmente escribo para un cap owo

Sin más interrupciones les dejo leer ewe

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Mis orbes se mantenían fijos en el suelo de madera mientras escuchaba como el tenue silencio que inundaba el comedor era perturbado por el sonido de los cubiertos, los cuales chocaban contra la vajilla de los platos, acompañados por los comentarios que realizaban aquellas jóvenes sentadas en la mesa.

Al tener la cabeza baja mi rango de visión era poco, dependiendo únicamente de mi vista periférica, la cual me permitía observar a mis colegas, en especial a Astrid que era la más cercana.

Gracias a ello podía ver cómo era llamada en ocasiones tanto por las señoritas como por la matriarca, aunque ésta última sólo lo hacía por intervalos de tiempo considerable, al contrario de sus hijas que llamaban a la pelirroja de forma continua.

Todo parecía marchar relativamente bien, no obstante, pronto un grito de desagrado absoluto mezclado con enojo se manifestó desde el comedor, seguido por el sonido de algo siendo cortado por un objeto afilado junto a un quejido débil.

Inmediatamente, tanto Susan como yo, alzamos la vista hacía el frente divisando una escena horrible. Astrid se encontraba sosteniendo su mejilla derecha mientras finos hilos de sangre bajaban por ésta, avanzando por su cuello hasta perderse en debajo del uniforme que llevaba. Mientras que a su lado, de pie, se encontraba la mayor de las hijas sosteniendo un cuchillo en su mano derecha, del cual goteaba aquel liquido carmín.

Aquello nos sorprendió ¿Pero qué había pasado?

La respuesta no tardó en llegar, pues aquella rubia comenzó a quejarse de cómo Astrid había derramado agua sobre ella "apropósito", lo cual no había sido así.

El sentimiento de furia me invadió ante tal cosa, el cual iba incrementando al escuchar como aquella estúpida rubia insultaba sin parar a la cohibida pelirroja, que no hacía nada más que disculparse una y otra vez por su error.

Por si no fuera suficiente las risas burlonas junto con comentarios despectivos por parte de las otras dos hermanas sólo incrementaban el problema, provocando aún más ira en la mayor y aún más miedo en mi colega.

Guié mi mirada a la matriarca con la esperanza de que hiciera algo, pero no parecía ni siquiera enterarse de lo que ocurría, pues parecía estar suficientemente tranquila degustando aquel vino en su boca, al menos hasta escuchar como el malestar de su hija mayor crecía.

Con ello decidió hablar, pero lejos de reprender el horrible comportamiento de sus crías se limitó a remarcar lo inútil que era Astrid, haciendo referencia a lo difícil que era encontrar buenas criadas, añadiendo que al menos esperaba que la cosecha de ese mes fuera buena.

¿Cosecha?

Tuve que obligarme a bajar la cabeza aguantando las ganas de decir algo al respecto, incluso ocultar el malestar que sentía ante aquella actitud.

Lo que más me causaba asco era saber que la condesa concedía aquel comportamiento insano en sus hijas, dándoles total libertad de tratar a los demás como simples esclavos, lo peor era que ella no era diferente.

Apreté mis manos de forma discreta tratando de que el malestar se disipara. Debía calmarme y no actuar bajo impulso o las cosas podrían resultar bastante mal.

Instinto Animal (Resident Evil: Village)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora