Introducción

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El Inframundo, lugar al donde terminan todas las almas del mundo, se encuentra más allá del horizonte marítimo, a partir de Eea, donde los fantasmas son llevados por Hermes Psicopompo a través de los hoyos en la Tierra, más allá del río Océano y las puertas de Helios hasta su destino final de descanso en el Hades.  Los espíritus eran asignados a uno de estos tres reinos: Elíseos para los bendecidos, el Tártaro para los condenados, y el Hades para el resto.

Un mundo de tinieblas en su mayoría, la desgracia para algunos y hogar para otros bajo el mandato de su rey Hades, un ser conocido como el Señor del inframundo, primer hijo varón de los titanes Cronos y Rea, casado con la Diosa Perséfone, juntos gobiernan estas tierras... O al menos así era.

Hades siempre había sido un esposo fiel a diferencia de sus lujuriosos hermanos, a pesar de todos los rumores  de su carácter ominoso amaba a su esposa y sus hijos. Al contrario, su esposa se enamoró de un humano, Adonis, se enamoró tanto que no le importó tratar de conseguirlo contra Afrodita, cada primavera iba a verlo e incluso lo traía al infierno. Los celos por parte de su esposo no se hicieron esperar, las constantes discusiones entre ellos sólo abrían una brecha irreparable entre ambos y el punto de quiebre fue la muerte de ese humano.

Perséfone entró una profunda tristeza por la muerte de Adonis, dejó a sus deberes como reina, esposa y madre. Hades sentía que pronto iba a terminar pero el no estaba listo para eso, su hija más jóvenes sólo tiene 2 años y no tienen una figura materna para ellos. Un día Perséfone no volvió, un mes, dos meses 6 meses, 1 año. Demeter  tampoco  decía nada de ella pero eso ya no importaba, él tenía que velar por el bien de su familia y Reino, una mujer no podía interferir en eso, incluso si era la mujer que amaba

—Tío Hades, ¿por qué no te consigues una nueva pareja? — Hablo su sobrino Hermes, Hades ni siquiera lo miro, no tenía humor para ese tipo de temas — Tu humor es peor ahora, ¿por qué no tratas de salir y vez si encuentras algo? inclusive sólo por una noche — Hades alzó su mirada y con sólo eso bastó para que el dios mensajero salga a toda prisa del lugar. Soltó un suspiro y se levanto de su trono, hoy saldría a despejar su mente un rato en el río de almas, pero no sabía lo que el destino le preparaba

Un amante para el reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora