owl ! 旦

🦉 Capitulo 3 🦉

—Porque es lindo estar juntos— 

•🦉•

Naturalmente a ella le gustaría practicar antes de las clases ya que la relajaba y podía mantener la cabeza fría durante el resto del día, todo seguiría su corriente normal hasta el primer receso donde volvería allí por lo menos a ver la cancha. Eso le gustaba.

Así como su senpai, así como varios de los chicos residentes en Miyagi, ella también estaba loca por el Voleibol.

—Bokuto-san... — Dijo al ver al bicolor mirando la cancha desde una de las ventanas. — ¡Bokuto-san! –.

El chico se dio la vuelta, dejándole ver a la de pecas sus ojos ambarinos.

—¡Oh, Yuuchan! ¡Hola! –.

La chica devolviendo el saludo, dio una sonrisa cerrada.

—¿Qué paso? ¿Por qué el gimnasio esta cerrado? –.

—Bueno al parecer iban a hacer limpieza general o algo así... –.

—No algo así, van a hacer limpieza general además de revisar las cosas para ver si hace falta un cambio de materiales. — Era Yamato que había salido de la nada. –.

—Entiendo, ¿hasta cuando permanecerá así el gimnasio, Yamato-san? –.

—Hoy nomás, creo. –.

—¿Y el segundo gimnasio? –.

— También. –.

—Heeeh. Que desperdicio, aunque admito que es bueno eso de vez en cuando, supongo. –.

Luego de despedirse, fue de nuevo a cambiarse al salón del equipo de Basket, se había puesto su ropa deportiva para nada. Aunque era prácticamente imposible que supiera desde antes que iba a estar cerrado su lugar de practicas.

Soltó un suspiro pesado mientras se cambiaba de zapatos. De todas formas el mundo no se acababa por eso.

Podría tomarme un descanso. 

Pensó mientras salía del lugar, afuera encontró al capitán del equipo del Fukurodani, recostado contar la pared que dividía los salones de los diferentes equipos. Miraba a todos lados con impaciencia. 

Desde la distancia en la que estaba Yuzuru se podía apreciar perfectamente el perfil del muchacho, tenía un cuello y unos brazos gruesos, fuertes, en el cual se marcaban sus músculos producto del gran esfuerzo que pone en sus practicas.

Se le veía la clavícula marcada.

Tenía el cabello como siempre hacía arriba, revuelto y sus cabellos negros que eran más cortos  y hacían verlos simplemente como un cabello veteado, sus ojos ambarinos que miraban el panorama.

Quien lo viera pensaría que estaba pensando en algo realmente serio.

— ¿Bokuto-san? –.

El chico medianamente alarmado volteó a verla.

— ¡Yuuchan! — Casi salta darle un abrazo— ¡Hace un rato ni siquiera me dejaste hablarte! –.

El chico hacía pucheros.

Que infantil.

— Ah, lo siento. –.

Pero así le gustaba a ella, infantil, berrinchudo, estúpido, amable, egocéntrico, con energía desbordante, sincero, con sus cambios de ánimos repentinos, simplemente él.

— Como sea... venía a acompañarte a tu aula. –.

Akaashi me dijo que hacer esto sería un lindo gesto

La chica lo miraba con sorpresa, parpadeo algunas veces para corroborar que en ese momento no estaba teniendo una alucinación por el cansancio acumulado de varias semanas.

Él seguía ahí, esperando a que ella siguiera su paso.

—¿Estás bien, Yuuchan? –.

— Oh, sí, totalmente bien... — La pecosa se rasco la nuca con una sonrisa, alcanzandoló. — Solo que... es lindo pasar tiempo así contigo. –.

Lo había murmurado, además de que también lo había dicho a una velocidad increíble, para que obviamente Bokuto no entendiera.

— ¿Eh? No te escuché bien lo último, Yuuchan, ¿podrías repetirlo? — El chico acercó un poco su rostro al de la chica. –.

— Nada importante, olvídalo. –.

—¡Vamos, dime! –.

La chica rió en respuesta ante la reacción del muchacho.

—¡No te rías! –.

—¡Te lo diré solo si me atrapas! –.

Podían hablar y reír un rato juntos, pero no, ella prefería alimentar su lado de niño jugando con él antes de las clases.

Koutaro sin quitarse eso de la cabeza, la persiguió con una sonrisa llena de alegría.

De verdad me gustas mucho.

...

Un capítulo corto mientras hacía tareas de Lenguaje.

Me gusta escribir cosas soft de mis niños.