owl ! 旦

🦉 Capitulo 2 🦉

—Uno —

•🦉•

Ambos de segundo caminaban rumbo a los vestidores para ir al club, aunque la chica usualmente usaba el del equipo de basket femenino para evitar malentendidos con el equipo de Voley, además era bien recibida allí y la dejaban estar siempre y cuando no fuera muy ruidosa.

—Akaashi. — Llamó la chica. –.

—¿Mmm? — El azabache miro a la más baja. –.

—Mira, mira. –.

La pecosa saco de su mochila una baraja de cartas de Uno, que estaban perfectamente amarradas con cinta de tela azul con franjas horizontales blancas.

—En mi casa nadie tiene tiempo para jugar, así que lo traje para jugar con el equipo unos minutos antes de empezar el entrenamiento, ¿qué te parece? –.

—Una mala idea. –.

Lo era, era una muy mala idea.

—... Que malo. –.

[...]

Por razones del destino -Bokuto-, al final sí terminaron jugando, solo algunos porque el resto no quería meterse en una guerra.

Actualmente jugaban, Yuzuru, Akaashi, Bokuto, Konoha, Yamato, Kaori y Yukie.

Todos sentados en ese orden.

Bokuto y Akaashi eran quienes menos tenían cartas en el momento, algunos sospechaban que hacían trampa y Yuzuru, pese a que parecía que no tenía oportunidad para quedar primera, era quien le ayudaban a hacer trampa a ambos.

Aunque eso no era cierto, Bokuto si hacía un poco de trampa y Akaashi simplemente era bueno jugando.

—Comete cuatro, Akaashi. — Dijo la de hebras rosadas, poniendo una carta sobre las que estaban ya una pila desordenada en el suelo. –.

—Comete seis, Bokuto-san. –.

Keiji había puesto un +2.

—¡Comete, eh... 10, Konoha! –.

Con fuerza y mucha seguridad, Koutaro puso un +4.

Konoha miro sus cartas, no tenía nada con que contrarrestar esas malvadas cartas que fueron anteriormente puestas por sus compañeros, así que rendido tomo diez cartas del mazo.

¡Los tres me la pagarán después!

Pensó el de cabellos claros.

Diez cartas tomadas por él después, siguieron jugando.

Dos rotaciones luego, Kaori, la manager de primer año lanzó una carta de cambio de color, escogiendo el rojo debido a que en su mayoría, las cartas que ella tenía eran de ese color.

Para eso a quienes les fueron más mal era a los que les seguía, es decir, Yukie y Yuzuru.
Shirofoku tomó tres cartas del montón sobre el mazo y para su suerte salió una roja por lo que no tuvo que comer tantas cartas.

—... Un cuatro o un rojo, un cuatro o un rojo, un cuatro o un rojo. –.

Repetía la de pecas, que batallaba para conseguir una carta que la dejara avanzar en el juego.

—Un cuatro o un... oh. — Había sacado un cambio de color. — ¡Azul! — Exclamó la de cabellos rosados, poniendo la carta allí donde se amontonaban todas. –.

Más de uno se puso alerta.

Algunos turnos después, varios de los que estaban allí presentes notaron como en cada vuelta que daba Bokuto tenía la misma cantidad de cartas.