¿Cómo saber si es el amor de tu vida?

Decisión #9

Decidí desearle.

Estoy segura, porque de lo único que me arrepentiré mañana, es de no haberle dicho hoy, lo que he estado pensando sobre él.

Aunque ya tengo el chance de poder probar su cuerpo otra vez, lo que verdaderamente me emociona, es que voy a poder escuchar sus pensamientos de cerca y sentiré sus preocupaciones como si fueramos la misma persona.

He estado repitiendo y repitiendo nuestros recuerdos en mi cabeza, en cómo deslizaba su mano por mi cintura y besaba mi cuello con la comisura de sus labios, mientras movía sus dedos dentro de mi.

Más allá de que nuestros cuerpos hayan sido uno solo, su mirada también me penetra y me hace suya con solo observarme muy bien.

Me arrepiento de no poder decirle todo esto y más, porque si se lo pudiera decir y no fuera correspondido, no estuviera arrepentida de haber sido fiel conmigo.

Estoy intentando buscarlo, tratando de llamar su atención.

Sé que no puede leer mis pensamientos, pero ojalá intente descifrar mis acciones y mis gestos con sus ojos pasionales, color marrón.

Quiero que me desvista bajo la sombra, donde nadie pueda ver lo que nos avergüenza. Donde nuestros jadeos sean tan fuertes, como para combatir nuestra falta de comunicación.

Es ahí entonces, donde la oscuridad atestuguará una vez más la cruda verdad, que nos amamos para aquellos que notan evidente nuestros sentimientos y emociones.

Los arboles, las montañas, la tierra, el agua y cualquier rastro de vida incluyente en este mundo tan efimero, todos ellos cuentan que solo para nosotros lo indudable e inequívoco de nuestro amor, es un secreto.