¡Bienvenida al grupo!

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Un miércoles, Viola ingresó al aula donde cursaban Semántica. George se encontraba haciendo unas anotaciones en su hoja, pero al verla entrar alzó su cabeza y al verla sonrió amplio.

– Buenos días. – de saludó la rubia disimulada, él asintió levemente con la cabeza y la observó caminar hasta su lugar.

A veces, simular que no había nada entre ellos era algo demasiado difícil. Era difícil no verlo con ojos de amor, era difícil no sonreírle, ni besarlo, ni abrazarlo no correr a sus brazos.

Aquella noche, Paul había organizado una cena de amigos en su casa, y era la primera vez que le decía a George que lleve a Viola. Aquel dia se iban a conocer, y Viola estaba demasiado nerviosa.

La clase concurrió normal, todos debían comenzar a preparar la tesis para poder finalizar la carrera de Literatura Dramática, y George era uno de los profesores que ayudaría a los alumnos a realizar éste trabajo.
Algunos ya tenían unas ideas en mente, y él les daba consejos para seguir encaminándose. Pero otros, como Viola, aún no tenían idea de qué rayos iba a tratar su tesis final. Y con los nervios que traía encima, aquel dia tampoco podía pensar en mucho más.

Cuando la clase finalizó, Viola espero a que todos sus compañeros salgan del aula para cerrar la puerta y correr a los brazos de George, quién la esperaba sonriente y al capturarla en sus brazos le dió un gran beso.

– Cada vez es más difícil tenerte enfrente y no poder besarte cuando quiero. – murmuró Viola en sus brazos. Él soltó una risita.

– Lo sé... Pero te he notado algo ausente hoy en la clase. ¿Está todo bien?

– Debo confesarte que estoy muy nerviosa por lo de ésta noche. – lo miró apenada.

– ¿Nerviosa por qué?

– No lo sé. Quiero causarles una buena impresión... ¿Les has contado algo sobre mi?

– Qué no les he contado. – bromeó George haciendo reír a la rubia. – Algo les he contado, pero no mucho. Quiero que te vean en persona para darse cuenta por qué te elegí.

Viola sintió algo removerse dentro de ella. "Por qué te elegí" aquello había sonado tan lindo y sincero.

– Es que, siento que es como la primera vez que te conocí. Sentía que al haber tantos años de diferencia en nuestras edades no iba a encajar para nada contigo, y no iba a tener temas de conversación para hablar. ¿Y si eso ocurre con tus amigos? – preguntó realmente preocupada.

– !Ay Krishna! Viola, en qué cosas piensas. – George se echó a reír. – ¿Cómo no vas a tener tema de conversación tú, la persona mas charlatana que conozco? Ellos mueren por conocerte, y las chicas también. Tranquila, sólo sé tu misma que así me encantas.

Besó la punta de su nariz con ternura, y la rubia arrugó su nariz en una mueca haciéndolo reír.

.

La noche había caído en Liverpool. George había pasado por Viola a su apartamento, luego de darle su espacio para que se arregle tranquila sin apuros, y condujeron hasta la casa de Paul.

En el viaje, el castaño podía notar cómo Viola retorcía sus dedos con nerviosismo y miraba por la ventana ansioso.

George se aparcó en la entrada de la casa de Paul, detrás del auto de John y al apagar el motor del suyo tomó una mano de Viola para dejar un tierno beso en ésta.

– Tranquila, estoy contigo. Verás que son como yo... Bueno, más o menos. Todo saldrá bien. – la ánimo sonriendo.

Viola se estiró un poco para besar sus labios y armandose de valor, bajó del auto seguida de él. Antes de llegar a la puerta, ésta se abrió de par en par y una hermosa mujer rubia de unos treinta y tantos años apareció en ella.

I Want to Hold Your Hand | George HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora