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Al día siguiente despertamos a mamá con un desayuno y un lindo sobre con el dinero dentro; ella se sorprendió mucho, no paro de darnos las gracias.

Su enfermedad acaba de empezar pero yo sé cuanto miedo ella tenía por lo costosos tratamientos y por los bajos recursos; ella tenía miedo de morir no solo por ella sino por nosotros.

¡Eso la convertía en lo que es una guerrera!

Es difícil pero no diré sobre mi trabajo; ella no tiene porqué pensar que soy una dama de compañía, aunque no lo soy ella no lo entendería porque a fin de cuentas un bar es un bar y las mujeres pues usan muy poca ropa.

Me entristece ver a mamá, con los ojos rojos de tanto llorar pero como el dinero era suficiente en la clínica nos comentaron la idea de dejarla internada por tres meses a ver cómo funciona el tratamiento y si se puede controlar la enfermedad, mamá era una mujer muy fuerte y quería estar bien para nosotros así que ella rápidamente tomo la decisión de quedarse en ese lugar, nos puso como regla principal ir a verla todos los lunes y viernes que eran días de visita.

Mi hermano me dio una mirada triste pero los dos aceptamos la decisión de mamá, de todas formas no nos agrada la idea de que su enfermedad empeore, así que ella se quedaría aquí y yo estaba muy triste, debía ir a trabajar y teníamos que despedirnos de ella.

Ese día no tenía ni siquiera ánimos de bailar en el bar, pensar en mamá sola en esa clínica me partía el alma y de tanto llorar había arruinado el maquillaje más de tres veces y la chica encargada de ello, no paraba de decir que dejara de llorar porque tenía a mas chicas que maquillar.

Sonó la puerta de mi camerino…

— Adelante…

— ¿Cómo está la princesa del bar?

— Bien — respondí cabizbaja.

— La  princesa esta triste ¿Dime cual es la razón? — toma mis manos.

— Fran no te preocupes por mí, saldré a bailar.

— No es porque salgas, ¿De verdad tengo una conexión contigo?

— ¿Qué significa? — retiro las manos de las suyas, no entiendo.

— Se que soy tu jefe, pero a pesar de ello un día te vi en mis sueños y siento que te conozco desde antes, tengo la necesidad de cuidar de ti, no quiero verte triste. ¡Solo quiero ser tu amigo!

— Lo mejor es que llevamos una relación profesional, no quiero problemas con las chicas.

— Te entiendo, pero debes saber que puedes contar conmigo.

— De acuerdo, gracias.

— No es nada, ¿Dime que canción bailarás hoy?

Focus de Ariana Grande.

— Muy buena elección, en cinco minutos en la tarima — dice mientras se aleja y sale de mi camerino.

Hoy voy a bailar un himno mundial así que debo concentrarme, es una de mis canciones favoritas.

Ya estoy listo y mencionan mi nombre, salgo a la tarima y muevo primero mi cintura moderando mis movimientos al ritmo correcto, las manos son parte de la magia a donde las mueva deberán ir las caderas; los pies hacen magia en tacones se ven alucinante la manera de saltar entre pasos.

"One, two, three
Come on girls

You know I like it

Come on now"…


Cabello, cintura y salto a la barra, mi cabello aprecia el movimiento para tomar aire, muevo mis pies para quedar entre caída de espalda, se acerca el final de la canción y debo dar mi final correcto, me agacho espalda recta, saco una pierna; hago unos de mis pasos basados en estar casi sentada pero no tocar el suelo, los tacones ayudan mucho; me levanto despacio llevando mi mano por toda la silueta y de espalda me volteo y pongo mis manos en las rodillas para terminar con un guiño coqueto.

Todo era un desastre, los hombres gritaban y mucha de las bailarinas me veían impresionadas, se lo que sucede y es que desahogue todo mi dolor en el baile, me concentre tanto que ni me había dado de cuenta que el bar estaba tan lleno, al tratar de bajar del camerino con tanta gente pise mal un escalo y todo paso muy  rápido, no era cierto.

¡Estaba cayendo!

Bailar para SalvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora