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Por fin era viernes mi día de bailar en el bar llego, desperté temprano, desayune bien, ordene la casa, al mediodía cocine para dejar comida a Eliho y para almorzar, solo faltaban dos horas para ir al bar pero decidí irme temprano.

Tal vez todos piensas que no voy hoy, que desaparecí por la semana porque no iba, pero no; camino hasta el bar al entrar veo a Fran que parece que hubiera visto un fantasma.

— ¡Eliha! Pensé que no venias hoy.

— Ya estoy aquí.

— Eso me alegra, ve acomodar tus cosas — piensa — ¿Qué canción vas a bailar hoy?

— No lo sé.

— Le dices a Diana, nos vemos.

— Nos vemos Fran.

Camine a mi camerino, todo seguía igual que la última vez que estuve aquí, pero no pude evitar recordar a Peters, no sé porque pero me sentía triste, deje de pensar tanta cosa y arregle el vestuario que iba a ponerme hoy, así que me dirigí al mundo de los sueños donde no sabía que elegir, una de las bailarinas me dijo que en media hora tendría que bailar, así que escogí algo sencillo que tuviera brillo y me dirigí a mi camerino.

En el camino vi a Diana saliendo de mi camerino.

— ¿Eliha como estas?

— Mucho mejor.

— Que bien, vine a buscarte y a dejarte un regalo de un admirador esta sobre la peinadora.

— Gracias Diana.

— Por cierto. ¿Qué canción vas a bailar hoy?

— Touch de Little mix.

— Muy bien, en minutos debes salir.

— Este bien.

Entre casi corriendo al camerino, habían unas lindas flores y una pequeña nota:

Me gusta el silencio, desde que empecé a amarte en él — Pablo Neruda.

Regreso la princesa del bar.

¡Ten cuidado!

De: Un amigo cercano.

Ganas de llorar de felicidad pero ya iba muy tarde al escenario, así que descubriría como volver a verlo,  aunque sea por casualidad; me vestí de prisa e hice un maquillaje sencillo.

— Con ustedes la princesa del bar.

Los aplausos y gritos no cesaban, tendría que seguir dando todo de mí al bailar. La música comenzó haciendo saber a mi cuerpo y pies que era momento de triunfar, la sensibilidad de los movimientos al ritmo de la canción y cada vuelta parecía un mundo diferente solo existía esa tarima, yo y mis ganas de bailar para salvarme, aunque todo comenzó por otra razón, la vida me puso una prueba para superarla con algo que me gustaba tanto. ¡Bailar!

La música termino con un triunfal final, yo agachada en el piso apoyando mi cuerpo de un solo pie y una mano arriba; el momento de triunfar había culminado, baje del camerino con mucho cuidado y me fui casi corriendo al camerino.

Me quede sentada en la peinadora como por tres horas, bueno fuero cuatro horas hasta que todas la bailarinas tenían un alboroto en el pasillo y supe que en realidad me había centrado en las flores y la nota de Peters, me cambie de ropa y salí en busca de Diana; tendría que decirme si mando las flores o vino personalmente.

Toco la puerta de su camerino.

— ¿Quién es?

— Soy Eliha.

Bailar para SalvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora