Me tocaban el hombro con delicadeza, mientras luchaba por abrir mis ojos.
— Eliha, llegamos al hospital — abrí los ojos — te voy a llevar en cargado ¿Está bien? — asentí.
Me cargo en sus brazos y vi la entrada del hospital, pero se dirigió a la entrada secundaria.
— No puedo entrar por la puerta principal contigo en brazos.
— Lo entiendo no te preocupes.
— ¿Todavía te duele?
— Si, la verdad ya no siento el pie.
— Voy ayudarte.
Abre una puerta, pone seguro y le dedico una mirada de inseguridad.
— En unos minutos veras la razón, tranquila.
Me dejo sentada en una camilla.— ¿Quieres que te inyecte anestesia?
— Por favor no.
— Pero va a dolerte más.
— Cuéntame una historia, ¿Si?
— Okey.
Acerco una silla y una mesa rodante, tenía muchos artículos y ni siquiera sabía para qué eran las mayorías de ellas.
— ¿Estas lista?
— Si
— Eres muy valiente, voy a comenzar la historia — asiento.
Toma una tijera y empieza a cortar las tiras del tacón.
— Había una vez un chico que quería ser médico — empezó a decir.
— ¿Es tu historia?
— Sí.
Corto la parte que estaba apretando mi tobillo y yo obviamente empecé a llorar.
— Ese chico no tenía el apoyo de nadie, porque su madre y su padre querían que fuera empresario, pero a él, le encantaba ayudar a los demás y por vocación estudio medicina. Un día mientras trabajaba para pagar su carrera, recibió un regaño por medio de su jefe, el chico le explico que estaba estudiando y a eso se le debía su cansancio, entonces el jefe le dio un préstamo que el pagaría cuando ejerciera su profesión, para que no trabajara y se dedicara a su profesión.
cuando el chico se graduó y tenía tres años ejerciendo su profesión, ganaba bien y reunió el dinero del préstamo con todo e intereses, hizo una cita con el señor que había sido su jefe — se detuvo y limpio mis lágrima.
— Sé que te duele mucho, pero ya casi termino; ¿Te pongo una venda para que no lo muevas o no?
— Si por favor.
— Está bien.
— Continua — suspire.
— El día que el chico fue a donde trabajaba no encontró al dueño, entonces encontró a su hija y le comento lo que había sucedido le pareció una chica caprichosa, lo trato como su empleado hasta que supo que ganaba bien y se daba ciertos lujos; días después el papa de la chica se comunicó con él, le dijo que él tenía el dinero que se le debía y pues la respuesta del señor le sorprendió mucho, solo le respondió que no quería el dinero y que necesitaba que se casara con su hija, de lo contrario él se encargaría de joderle la carrera al chico... Y termine; trata de no apoyar el pie.
Coloque mis manos sobre mi cara y continúe llorando.
— No llores Eliha, te vas a deshidratar; desde que llegamos has estado llorando. ¿Te sigue doliendo mucho?
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Bailar para Salvarte
Teen FictionUn pequeña niña siempre soñó con ser bailarina, su mamá le contaba cuentos donde la princesa bailaba por salvar al reino, pero ella no podía bailar porque el trabajo de su mamá solo alcanzaba para mantenerlos a ella y a su hermano, porque su padre l...