Me despertó un horrible dolor en el pie, me punzaba fuerte y me obligó abrir los ojos.
— ¡Ayyy! duele demasiado — grito.
Se me salen las lágrimas y me tapo la cara con las manos.
Respiro y me tranquilizo un poco.
Quito las manos de mi cara, ya estaba calmada.
— ¿Cómo te sientes? — me dice Peters desde mi escritorio.
— ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
— Desde que te quedaste dormida.
— ¡Excelente! — tono molesto y grosero.
— Eres una niña con un mal sentido del humor.
Me vuelvo a tapar la cara con las manos.
Siento como se hunde la cama cuando se sienta cerca de mí.
— Eliha...
— Tu voz me altera el dolor de cabeza, Ya deja de hablar.
Quita con cuidado las manos de mi cara y me extiende un vaso con jugo.
Lo rechazo para sentarme con cuidado y mi pie punza, la cabeza me va explotar.
Cuando se da cuenta que ya estoy sentada, me entrega el vaso y dos pastillas.
Me las tomo rápidamente para ver si puedo dormir tranquilamente de nuevo.
¡Misión fallida!
Entra Eliho en mi habitación.
— Ya despertaste, por fin — se burla.
Hago un gesto de dolor y Peters un gesto a mi hermano de que guarde silencio.
Se levanta de mi cama y va directo a la puerta donde se encuentra mi hermano.
— Le duele la cabeza y cualquier sonido le altera el dolor — le dice susurrando.
— Esto es algo para que coma, no ha probado nada en todo el día.
— Está bien, yo la convenzo.
Los oigo claramente pero no tengo ni las más mínimas ganas de hablar.
Camina hacia mí con una bandeja de comida y me hace señas de que si quiero comer o si voy a comerme la comida, ¡Me rindo! No lo entiendo.
— Ya, no entiendo... Habla de una vez.
— Tu mal humor sigue hablando por ti — lo fulmino con la mirada — ¿Quieres comer algo hermanita?
— No gracias, no quiero nada.
— Me molesta tu mala aptitud, aquí está la comida si quieres comer comes, sino pues — Piensa — no lo sé no lo hagas y ya. Eres una niña malcriada siempre te comportas como tal.
Dejo la comida en el escritorio y salió de la habitación.
— Oye — me tomo la mano — si comes un poquito, se te pasará el dolor de cabeza.
— ¿Lo prometes?
— Sí que eres una niña malcriada — volteo los ojos — Va, lo prometo.
Acerca la bandeja a la cama y me pasa un cubierto.
— ¿Quieres que te de mi dedo?
— ¿Qué?
— Bueno es que cuando Maiya me obliga hacer promesas, tengo que poner mi dedo junto con el de ella. Así sabemos que no vamos a romper la promesa.
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Bailar para Salvarte
Teen FictionUn pequeña niña siempre soñó con ser bailarina, su mamá le contaba cuentos donde la princesa bailaba por salvar al reino, pero ella no podía bailar porque el trabajo de su mamá solo alcanzaba para mantenerlos a ella y a su hermano, porque su padre l...